miércoles, noviembre 30, 2005

La globalización según Fontanarrosa

Citado de http://www.taringa.com.ar/index.php?postid=8453

En esta época de globalización, aggiornáte o quedás afuera. ¿De qué carajo?. Ni idea... Desde que a las insignias las llaman "pins", a los maricones "gays", a las comidas frías "lunchs" y a los repartos de cine "castings", Argentina no es la misma . Ahora es mucho más moderna; durante muchos años, los argentinos estuvimos hablando en prosa sin enterarnos. Y lo que todavía es peor, sin darnos cuenta siquiera de lo atrasados que estábamos. Los chicos leían revistas en vez de "comics", los jóvenes hacían asaltos en vez de "parties", los estudiantes pegaban "posters" creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de "business" y los obreros tan ordinarios ellos, a mediodía sacaban la fiambrera en lugar del "tupper" . Yo, en la primaria, hice "aerobics" muchas veces, pero en mi ignorancia, creía que hacía gimnasia.


Afortunadamente, todo esto hoy cambió; Argentina es un país moderno y a los argentinos se nos nota el cambio exclusivamente cuando hablamos, lo cual es muy importante... Cuando estudiábamos con todo para dar un parcial en la facultad, decíamos estoy hasta las bolas o hasta las manos" cuando en realidad, no nos dábamos cuenta que estábamos "a full", que queda mucho más paquete y es un "wording" mucho más simple ¿viste?. Cuando decidíamos parar un poco para comer o tomar algo, decíamos "la cortamos y vamos al bar a comer unos carlitos o panchos"; éramos tan ignorantes que no nos dábamos cuenta que en realidad estábamos haciendo un break"; y ahora somos más piolas: vamos a Mc Donald comer unos "burgers"... No es lo mismo decir "bacon" que tocino, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que "hall", ni jugar al polo con ventaja que con "handicap".

Las cosas, en otro idioma, mejoran mucho y tienen mayor presencia. Desde que Nueva York (sorry NEW YORK) es la capital del mundo, nadie es realmente moderno mientras no diga en inglés un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, los argentinos estamos ya completamente modernizados. Ya no tenemos centros comerciales: ahora son todos "shoppings". Es más, creo que hoy en el mundo no hay nadie que nos iguale. Porque, mientras en otros países sólo toman del inglés las palabras que no tienen porque sus idiomas son pobres, o porque tienen lenguajes de reciente creación, como el de la Economía o la Informática, nosotros, más generosos, hemos ido más allá: Adoptamos incluso las que no nos hacían falta, lo que demuestra nuestra apertura y nuestra capacidad para superarnos. Tomando otros ejemplos, ya no decimos galletitas, sino "cookies", que queda mucho más fino, ni tenemos sentimientos, sino "feelings", que son mucho más profundos. Y de la misma manera, sacamos "tickets", compramos "compacts", usamos kleenex", comemos "sandwichs", vamos al "pub", hacemos "footing" (nada de andar caminando así nomás) y los domingos, cuando vamos al campo (que los más modernos llaman "country" , en lugar de acampar como hasta ahora, hacemos "camping". Y todo ello, con la mayor naturalidad y sin darle apenas importancia. Los carteles que anuncian rebajas, dicen "Sale 20% Off". Y cuando logramos meternos detrás de algún escenario hacemos "backstage".

Obviamente, esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres, han cambiado nuestro aspecto, que ahora es mucho más moderno y elegante, es decir, más "fashion". Los argentinos ya no usamos calzoncillos, sino "slips" o "boxers" y después de afeitarnos, usamos "after shave", que deja la cara mucho más suave y fresca que la loción berreta que usaba mi abuelo. Tampoco viajamos más en colectivo sino en "bus"; ya no corremos: hacemos jogging" ; ya no estudiamos, hacemos "masters" ; no estacionamos, utilizamos el "parking". En la oficina, el jefe ya no es el jefe, es el "boss" y está siempre en meetings" con las "public relacions" o va a hacer "business" junto con su secretaria, o mejor, "assistant". En su maletín de mano, a diferencia de los de antes, que estaban repletos de papeles, lleva tan sólo un teléfono, una "laptop" y un "fax-modem" ; minga de agenda de papel: ahora es una "palmtop" ... Aunque seguramente la secretaria es de La Boca, hace "mailings" y trainings" y cuando termina el trabajo va al gimnasio a hacer "fitness" y "aerobics". Allí se encuentra con todas sus amigas Asistant del "jet set" , que vienen de hacerse el "lifting" y con alguna "top model" fanática del "body-fitness" y del "yoghurt light". Y cuando van a un "cocktail" piden "roast-beef" que, aunque no lo creas, es más digestivo y engorda menos que la carne.

En TV nadie hace entrevistas ni presenta como antes. Ahora hacen "interviews" y presentan "magazines" , en lugar de los programas de revistas que dan mucha más presencia, aunque parezcan siempre los mismos. Si el presentador dice mucho O.K. y se mueve todo el tiempo, al magazine se lo llama "show" , que es distinto que un espectáculo. Y si éste es un show porno, es decir tiene carne, se lo adjetiva "reality" para quitarle la cosa podrida que tiene en castellano. En las tandas, por supuesto, ya no nos ponen anuncios, sino "spots" que, aparte de ser mejores, nos permiten cambiar de canal o sea hacer "zapping". >El mercadeo ahora es el "marketing" ; las franquicias comerciales, franchising" ; el mercadismo, "merchandising", el autoservicio, el self-service" ; el escalafón, el "ranking" ; la carne, "steak" ; el representante, el "manager" y la entrega a domicilio, el "delivery". Ya no hay cuentapropistas sino "entrepreneurs" y el viejo y querido margen entre la compra y la venta se llama "mark up". Y desde hace algún tiempo, los importantes son "vips", los auriculares, "walk-man" ; los puestos de venta, "stands" ; los ejecutivos, "yuppies" ; las niñeras, "baby-sitters" y los derechos de autor, "royalties". Y por supuesto ya no pedimos perdón: decimos "sorry" y cuando vamos al cine no comemos pochoclo, sino "pop-corn" que es más rico.

Para ser ricos del todo y quitarnos el complejo de país tercermundista que tuvimos algún tiempo y que tanto nos avergonzó, sólo nos queda decir "siesta" con acento americano, que es la única palabra que el español ha exportado al mundo, lo que dice mucho a favor nuestro...

martes, noviembre 29, 2005

Reflexiones 2

Nuevamente, mi respuesta al segundo comentario de Pedropiojoso se ha vuelto tan extensa que me he visto obligado a publicarla como un nuevo post. Sé que a la mayoría le incomodará tener que seguir este intercambio de conceptos, a los efectos de poder comprender cada párrafo. No obstante, si tienen tiempo para hacerlo, se los recomiendo, en caso contrario, sería aconsejable que se concentren en otros post.


Creo que está clarísimo que yo no creo todo lo que veo en la televisión, de eso mismo se trata el artículo original. Hago esta aclaración porque, una y otra vez, usted me ha recriminado estar creyendo todo lo que veo en la TV.

Usted sostiene que la televisión no tiene tanta influencia, yo creo que tiene muchísima. Para empezar, hoy en día, poca gente tiene hábito de lectura, esto significa que los libros contribuirán en una forma bastante limitada al desarrollo de la hegemonía ideológica o a la contracultura.

Actualmente hay un hecho muy claro: Bush fue reelecto. En cualquier otro país, salvo Polonia y algún otro que me pueda estar olvidando, hubiese perdido. ¿A qué apunto con esto? En USA la propaganda oficial tiene que haber tenido un muy buen efecto, puesto que los norteamericanos mayoritariamente apoyaron a Bush (pese a lo alevoso que eran sus engaños), esta misma propaganda no dio tan buenos resultados en otras naciones.

El caso de Argentina es muy peculiar, muy extremo, es uno de los países más antinorteamericanos del mundo. Cuando digo que no todo empieza y termina en Argentina quiero significar que, en otros países, hay un pensamiento menos crítico sobre el imperialismo (más allá de que, en el caso puntal de Irak, la opinión internacional haya estado masivamente en contra). No en todos los países creen que USA sea un país saqueador y opresor.

Las películas de Hollywood pueden no alcanzar para convencer a los Argentinos de que USA es un país abocado a la luchar por la democracia a escala mundial (aunque quizás sí alcance para convencer a algunos de nuestro ciudadanos de lo malvados que eran los comunistas), pero en otros países el efecto es mayor (en especial en USA mismo, que es la opinión publica que más interesa manipular).

Usted menciona otras armas que tiene USA y sostiene que son más poderosas que la televisión. Yo no sé si son más poderosas, pero estoy convencido de que los medios de comunicación juegan un rol clave. No daría igual que se difunda o no tal o cual película o programa. Desde la época del Tercer Reich se ha comprendido la importancia de los medios de comunicación como medio para construir hegemonía ideológica, y los gobiernos (supuestamente democráticos) del resto del mundo han tendido a copiar las refinadas metodologías nazis para influenciar a las masas, pues debo aclarar que de eso estoy hablando y no de influenciar a un par de intelectuales como usted o yo.

Deseo recomendarle, a los efectos de que pueda profundizar la comprensión de la línea de análisis a la que adhiero (sobre este tema), los siguientes libros:

“Vigilar y Castigar” Michel Focault.

“Para leer al pato Donald: comunicación de masa y colonialismo” Ariel Dorfman y Armand Mattelart

“Ética y política” Erich Fromm

“El miedo a la libertad” Erich Fromm

“Formas de alienación en la sociedad burguesa” Ezequiel Ander Egg

Con respecto a la liberación de la mujer, yo reconozco que se han hecho grandes progresos en ese campo, sin embargo, Argentina aún no está tan avanzada (del mismo modo en que tampoco Italia, por ejemplo, lo está en relación a los países escandinavos). Usted sostiene que, hoy en día, ninguna mujer va a la universidad con la expectativa de conquistar allí a su futuro marido. Mire, yo en ningún momento dije que fuera algo de lo más común, pero sí creo que hay algo de eso. Cuando uno camina por algunas universidades y por algunas carreras (la cosa cambia mucho a partir de estos dos aspectos), en Argentina, se ven cantidad de chicas muuuuuy bien arregladas, casi como si estuvieran en una fiesta o en una discoteca. Usted puede sostener que esto no significa que vayan a la universidad para conquistar a un profesional, en vez de ir con la intención de recibirse. La verdad es que ninguno de los dos puede demostrar esto fehacientemente, se trata solo de impresiones diferentes que tenemos. Yo he tenido la posibilidad de comparar esto que observo en Argentina con la experiencia Europea. Creame que allí no se ven a las universitarias tan arregladas, y tiene mucho sentido, puesto que a la universidad van a estudiar. Cuando van a la discoteca, ahí sí se arreglan. Esto tiene mucho sentido porque, al fin y al cabo, los hombres argentinos no se cargan toda la pinta para ir a cursar, por qué habrían de hacerlo las mujeres.

No me diga que es porque radica en la naturaleza de la mujer el hecho de ser coquetas, pues con ese argumento también sostienen muchos que está en la naturaleza de la mujer querer tener hijos, querer casarse, querer tener una pareja estable y qué se yo cuantas otras paparruchadas. Yo repudio rotundamente esta concepción, pues creo firmemente que no hay tal diferencia fisiológica que separe al hombre de la mujer. Las conductas diferentes que observamos en los géneros son un producto esencialmente cultural, que cambiará inevitablemente, como una y otra vez han cambiado los valores de la humanidad. La historia está en permanente movimiento y los avances materiales fuerzan la transformación (gradual o revolucionaria) de los valores imperantes.

Cuando hablo de que la mujer y el hombre aún no están en una relación de igualdad, hablo de cosas que usted no puede ignorar.

La primera y más notable es que, incluso en los países donde la luchas feministas han tenido mayor éxito, los salarios de las mujeres siguen siendo (en promedio) menores a los de los hombres.

¿Por qué razón vemos, en múltiples programas de TV, a mujeres semidesnudas en el fondo de la pantalla? ¿Qué rol cumplen? Creo que están simplemente para agradar a los televidentes masculinos, y eso me parece una cuestión sexista, puesto que nunca vemos hombres semidesnudos cumpliendo similar rol pasivo o hasta decorativo.

¿Por qué, cuando una mujer coje con los hombres que se le da la gana, es llamada puta? ¿Por qué puta significa prostituta, mientras que puto significa homosexual? Evidentemente nuestro lenguaje refleja lo que nuestra sociedad reprime: a los homosexuales y a las mujeres que, a su manera, también estarían adoptando una conducta sexual “indebida”. Es cierto, hoy no se queman a las “brujas”, pero evidentemente se las sigue reprimiendo.

Todo lo que he mencionado para mí se resume como “sociedad sexista”, y si me pregunta qué es lo que yo desearía al respeto, pues bien, deseo derrumbar esos valores. Lisa y llanamente.

Quiero hacer una aclaración, la existencia de esta sociedad sexista no surge de un escenario en el que las todas las mujeres quieren modificar esta cultura, pero los hombres se lo impiden por la fuerza. Es evidente que, esta forma de sociedad es sostenida tanto por hombres machistas como por mujeres igualmente machistas. Esto se observa en los valores que una madre suele transmitir a sus hijos, ella deseará ver a su hijo como un “supermacho” y no como un “pusilánime”, este triste hecho releja que, para bailar tango, hacen falta dos. Lo vemos también en lo que muchas mujeres suelen esperar del hombre como pareja. Yo sé que las generalizaciones son perversas (yo no digo que todas las mujeres sean así), pero es así como lo percibo y, lo que a mí me gustaría sería poder generalizar la conducta opuesta (es decir, la de la libertad sexual y la igualdad de derechos entre los géneros).

Usted me dirá: pero si en Argentina actualmente hay una promiscuidad tremenda. Yo le diré que nuevamente está mirando las cosas desde un argentinocentrismo, puesto que la promiscuidad (que no me parece algo malo, pues ya me veo venir un comment criticando que yo condene la promiscuidad) actual puede ser alta comparada el pasado nacional, pero no lo es en comparación con el norte de Europa. Argentina no es tan retrógrada en su sexualidad como algunos países de África o de Medio Oriente, pero tampoco es el país más moderno de todos. Si usted no iba a hacer el planteo enunciado en este párrafo, disculpe que me haya querido anticipar.

Sobre el tema de la sexualidad debo recomendarle “Historia de la sexualidad” de Michel Focault.

Sobre la influencia que tienen las películas de acción sobre la violencia en una sociedad debo decir que me ha vuelto a malinterpretar, puesto que menciona una contradicción (sin aclarar en dónde radica) inexistente. Primero voy a aclararlo en términos abstractos. Digamos que tenemos la variable X y que la A ejerce una influencia negativa sobre X Ceteris paribus, un aumento de A debería generar una disminución de X. Pero, cuando agregamos otras variables, cambia nuestro análisis. Agreguemos las variables B y C, digamos que tienen un efecto positivo sobre X (es decir, a mayor B o C, mayor X). Ahora ya no sabemos en qué sentido se moverá X, puesto que no sabemos qué es lo que tiene más peso: el aumento de A (relación -) o el aumento del término B+C (con relación +). Si A* es la variación de A, y así sucesivamente agregamos asteriscos a las variables para significar variación, tendremos la siguiente fórmula: X*=+B*+C*-A*. Donde X* será la variación total de la violencia en ese país. Bueno, obviamente, A sería el cine de acción, mientras que B y C son los otros factores que enumeré (entre otros tantos que también influirán: la pobreza, la marginación, etc…). Pero reconozco que la relación que yo he postulado entre A y X es muy polémica y contrasta con lo que comúnmente se piensa. Quizás algún día deba rever esta postura a la luz de mayores conocimientos de psicología.

Normalmente creo que las palabras son la mejor forma de expresar las cosas, es el medio de expresión con el que me siento más cómodo. Sin embargo, hay gente (en particular economistas) que se pierden en un mar de palabras y prefieren las fórmulas. Lo que he hecho en el párrafo anterior es simplemente expresar asuntos sociológicos con el estilo de un economista, algo que ciertamente me parece horrible, aunque quizás le sirva para entender lo que he expresado inicialmente en el artículo “Reflexiones”.

Finalmente, en lo que respecta a los artistas, es cierto que ponerlos a todos en una misma bolsa es un tanto injusto. Hay y hubo artistas muy comprometidos con las grandes luchas y que han aportado mucho a la contracultura desde la comunicación de masas, por momentos, quizás más que los intelectuales (cuyos libros parecen tener cada vez menos lectores, lamentablemente).

Veamos por ejemplo el caso de Víctor Jara, asesinado presuntamente el 11 de septiembre de 1973 por los hombres de Pinochet. Obviamente, si se hubiese dedicado a usar su talento musical para cantar cosas como “No puedo vivir sin tu amor”, seguramente no lo hubiesen matado. Sucede que, cuando uno trata de comprender los procesos que se desarrollan, debe concentrarse en aquello que es predominante y no en la excepción, pues si damos vueltas en torno a ésta, finalmente no podremos comprender nada.

Creo que este debate, en gran medida, se origina por interpretaciones erróneas de mis párrafos. Yo me esfuerzo en exponer mis ideas con la mayor claridad posible, puesto que las ambigüedades dan margen a todo, pero evidentemente el texto tiene sus limitaciones (así como también ventajas) a la hora de transmitir ideas.

Carta Abierta de Michael Moore al pueblo norteamericano


Queridos amigos:


Parece que la administración Bush tendrá éxito en colonizar Irak. Esto es una gran fantochada que pagaremos en los años venideros. No valió una sola vida de un chico norteamericano en uniforme, sin mencionar los miles de iraquíes que han muerto. A ellos se elevan mis condolencias y rezos.
Así que, ¿dónde están todas esas armas de destrucción masiva que eran el pretexto de esta guerra? ¡Ja! Hay mucho para decir sobre esto, pero me lo guardo para después. Lo que más me preocupa ahora es que todos ustedes, la mayoría de los estadounidenses que desde el primer
momento no apoyaron esta guerra, se callen o sean intimidados por lo que se venderá como una gran victoria militar. Ahora, más que nunca, las voces de la paz y la verdad deben escucharse. Recibí un montón de cartas de personas que sienten una profunda desesperanza y creen que sus voces han sido ahogadas con los tambores y bombas de falso patriotismo. Algunos temen una venganza en sus trabajos, escuelas o vecindarios porque defendieron la paz en voz alta. Les han dicho una y otra vez que no es “apropiado” protestar una vez que el país está en guerra y que ahora su único deber es “apoyar a las tropas”.
¿Puedo compartir con ustedes lo que ha sido mi vida desde hace dos semanas, cuando usé mi tiempo en el escenario de los Oscar para hablar contra Bush y su guerra? Espero que, al leer lo que les voy a contar, se sientan con más coraje para hacerse escuchar en cualquier medio o foro al que puedan entrar.
Cuando Bowling for Columbine fue anunciada como ganadora del Oscar por Mejor Documental, el público se puso de pie. Fue un gran momento, uno que siempre atesoraré. Estaban parados y aplaudiendo una película que afirma que los estadounidenses somos gente violenta que usa sus arsenales para matarse entre sí y usarlos contra muchos países del mundo. Estaban aplaudiendo una película que muestra a George W. Bush usando miedos ficticios para asustar a la gente y hacer que hagan lo que él quiera. Y estaban honrando una película que afirma lo siguiente: la primera guerra del Golfo fue un intento de reinstalar al dictador de Kuwait. Saddam Hussein se armó con las armas de Estados Unidos y el gobierno estadounidense es responsable de la muerte de medio millón de chicos iraquíes durante la década pasada a causa de sus bombardeos y sanciones. Esa era la película que estaban aplaudiendo, la película que votaron y por eso decidí decir lo que dije en mi discurso.
Y esto es lo que dije en el escenario de los Oscar. “En nombre de nuestros productores Kathleen Glynn y Michael Donovan (de Canadá), me gustaría agradecer a la Academia por este premio. He invitado al resto de los nominados por documentales a subir al escenario. Están acá en solidaridad conmigo porque nos gusta la no ficción. Nos gusta la no ficción porque vivimos tiempos ficticios. Vivimos en una época donde los resultados de una elección ficticia nos dan un presidente ficticio. Ahora estamos librando una guerra por razones ficticias. Ya sea la ficción de la cinta aisladora o las ficticias ‘Alertas naranjas', estamos contra esta guerra, señor Bush. Qué
vergüenza, señor Bush. Y cada vez que el Papa y las Dixie Chicks estén en contra suya, su tiempo se terminó.”

En la mitad de mi comentario, algunos de la audiencia empezaron a alentarme a los gritos. Inmediatamente eso disparó los chiflidos de la gente del palco. Entonces los que apoyaban mis palabras empezaron a callar a los que chiflaban. El diario Los Angeles Times informó que el director de la transmisión empezó a gritarle a la orquesta “¡Música! ¡Música!” para callarme. Así que la banda empezó a tocar y mi tiempo se había terminado. (Para leer más sobre por qué dije lo que dije, pueden leer la columna de opinión que escribí para el L.A. Times y las reacciones en el país en mi sitio de Internet.)

Al día siguiente –y desde hace dos semanas–, los eruditos de derecha y los opinólogos de la radio han estado pidiendo mi cabeza. Así que, ¿todoesto me lastimó? ¿Consiguieron “silenciarme”? Bueno, echemos un vistazo a mi “reacción” en los Oscar:
El día después de criticar a Bush y a la guerra en los premios Oscar, la concurrencia a los cines del país para ver Bowling for Columbine subió en un 110 por ciento (Fuente: Daily Variety/BoxOfficeMojo.com). La semana siguiente, la ganancia en boleterías subió a un 73 por ciento (Variety). Es el lanzamiento comercial con más tiempo en cartel de Estados Unidos: 26 semanas consecutivas y todavía vamos por más. El número de cines que la exhiben se ha incrementado desde los Oscar y ha mejorado el record anterior de taquilla en documentales en un 300 por ciento aproximadamente.
Ayer (seis de abril), Hombres blancos estúpidos se disparó al primer lugar de la lista de
bestsellers del New York Times. Hace 50 semanas que mi libro está en la lista, ocho en el primer lugar y esto marca su cuarto retorno a la primera posición, algo que casi nunca ocurre.
En la semana después de los Oscar, mi sitio en Internet recibió entre 10 y 20 millones de visitas por día (¡un día tuvimos más visitas que la Casa Blanca!). Los e-mails que recibimos fueron de apoyo y abrumadoramente positivos (y las cartas de odio han sido desopilantes).
Los dos días que siguieron a los Oscar, la gente encargó más videos de Bowling for Columbine en Amazon.com que el video de la ganadora por Mejor Película, Chicago. La semana pasada conseguí financiación para mi próximo documental y me han ofrecido un espacio televisivo para hacer una versión actualizada de “TV Nation/La horrible realidad”.
Les cuento todo esto porque quiero contraponerlo al mensaje que nos repiten todo el tiempo: que si expresamos nuestra opinión política, lo vamos a lamentar. Nos va a lastimar de alguna forma, generalmente en términos financieros. Podés perder tu trabajo. Otros tal vez no te contraten. Vas a perder amigos, etcétera, etcétera.
Tomemos el ejemplo de la banda de country Dixie Chicks. Su cantante principal mencionó lo avergonzada que estaba porque Bush creció en Texas, el estado donde ella nació. Estoy seguro de que habrán oído que su record de ventas se ha “hundido” y las radios country están boicoteando su música. La verdad es que sus ventas no bajaron. Esta semana, luego de los ataques, su disco sigue en el primer puesto del ranking de música country de la revista Billboard y, según el semanario Entertainment Weekly, subieron del puesto
seis al cuarto en los charts pop durante los bombardeos. En el New York Times, Frank Rich informa que trató de conseguir una entrada para cualquiera de los próximos recitales de las Dixie Chicks pero no pudo porque están agotados. (Para leer la columna de Rich en el Times, “Bowling for Kennenbunkport”, vayan ahí. Hace un buen trabajo hablando sobre mi próximo film y el impacto que podría tener.) Su tema “Soldado en viaje” (una hermosa balada antiguerra) fue la canción más pedida en Internet la semana pasada. Nadie las lastimó. Pero eso no es lo que los medios les van a hacer creer. ¿Por qué? Porque ahora no hay nada más importante que mantener calladas las voces de los disidentes y aquellos que se animarían a hacer una pregunta. Y qué mejor forma que derrumbar a un par de artistas famosos con un montón de mentiras para que el Juan o Juana del montón reciba el mensaje bien claro: “Guau, si le pueden hacer eso a las Dixie Chicks o Michael Moore, ¿qué me podrían hacer a mí?”. En otras palabras, cállense, carajo.
Y eso, amigos, es el eje del film por el que me gané un Oscar: cómo esos que están en el poder usan el miedo para manipular al público para que haga lo que le dicen.
Bueno, ahora, las buenas noticias –si es que esta semana puede haber alguna buena noticia– es que no sólo otros ni yo hemos sido silenciados, sino que millones de norteamericanos que piensan igual que nosotros se nos han sumado. No dejen que los falsos patriotas los intimiden fijando la agenda o el debate. No se dejen ganar por las encuestas que muestran que el 70 por ciento del público está a favor de la guerra. Recuerden que estos norteamericanos encuestados son los mismos chicos (o los hijos delvecino) que han sido enviados a Irak. Tienen miedo por las tropas y han sido intimidados para apoyar una guerra que no querían. Y mucho menos querrán ver a sus amigos, familiares y vecinos cuando lleguen a casa muertos. Todos apoyamos que las tropas vuelvan sanas y salvas y todos necesitamos decirlo y hacer que sus familias lo sepan.
Desafortunadamente, Bush y Compañía todavía no terminaron. Esta invasión y esta conquista los animará a repetirlas nuevamente en otro lugar. El verdadero propósito de esta guerra fue decirle al resto del mundo: “¡No te metas con Texas. Si tenés lo que queremos, vamos a ir a sacártelo!” Para la mayoría de nosotros éste no es el tiempo para creer en un país pacífico y callado. Háganse escuchar. A pesar de lo que han conseguido, éste aún es nuestro país.

Sinceramente, Michael Moore

* Ganador del Oscar 2002 al Mejor Documental por su película “ Bowling for Columbine ”.


Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/cartaabierta_irak.php



Hay una cuestión que desearía comentar acerca de lo dicho por Michael. No es lo mismo el margen que tiene una superestrella para decir lo que piensa, que el que tiene un ciudadano común. Michael Moore, de hecho, gana dinero por decir las cosas que dice y porque es reconocido públicamente como alguien que expresa esas ideas, con las cuales muchos norteamericanos se sienten identificados.

Cuando un ciudadano común (no un intelectual o artista famoso) dice cosas de aquellas que supuestamente no se deben decir, evidentemente no aumentará su nivel de ingreso (debido a mayores ventas de libros o DVDs),
pero en su ambiente de trabajo, así como también en algunos de sus círculos sociales, puede surgir cierta discriminación que lo terminaría perjudicando. Digámoslo de este modo: una empresa es una organización jerárquica y, por lo tanto, para ascender, se debe contar con la confianza de los superiores (no alcanza con solamente con ser un profesional muy competente). Esto sucede tanto en una empresa capitalista, como al interior de un partido político, así como también dentro un país colectivista. Para ascender en la escala jerárquica, producto del orden imperante, es necesario ganar la confianza de las autoridades y esto nunca podrá lograrse cuestionando los valores sobre los que se sostiene esa estructura de poder.

Hablar en público tiene su costo para el ciudadano común, puesto que está indefenso ante el poder enorme de quienes tienen los medios para presionarlo y extorsionarlo (dicho en sentido abstracto). Es fácil, desde la
posición de Michael, decir esto o aquello. Además debemos tener en cuenta que, con su poder mediático podría ir mucho más lejos en las cosas que expresa, sin embargo no lo hace, quizás por no pensar más allá de lo que dice o, tal vez, porque al hacerlo estaría haciéndose menos popular.

Es evidente que lo que representa Michael Moore es compartido por muchos americanos, sin embargo, la reelección de George W. Bush pone en evidencia que la postura mayoritaria en USA se encuentra en la vereda de enfrente. Este es un hecho triste, pero nos indica que la mayoría americana "calla" no por miedo (ya que supuestamente en USA se respeta el voto secreto), sino simplemente por no pensar como Michael. La mayoría norteamerica se expresó en las urnas diciendo que veían en Bush a un líder que defendería mejor sus intereses como ciudadanos de la potencia mundial hegemónica (esto es, en contra del resto del mundo).

En todo país es un hecho costoso (no necesariamente en términos económicos) para un ciudadano común oponerse a las ideas imperantes, pero serán acciones siempre dignas del mayor reconocimiento, de ambos lados del río. Es el reconocimiento que se le ofrenda a quienes se atreven a decir no, pese a las consecuencias que esto trae consigo.

domingo, noviembre 27, 2005

¿Somos idealistas?


¿Alguna vez les han dicho que el planteo que estaban formulando era idealista? A mí sí, y no me alegra, esto se debe a lo que están queriendo significar con esa expresión tan usual. Se usa comúnmente el calificativo “idealista” para señalar aquello opuesto a lo pragmático y, de más está decir que, quienes definen a alguien de ese modo, no lo suelen hacer en una perspectiva positiva.

El idealismo estaría condenado a fracasar frente al pragmatismo, creo que no hace falta explicar por qué. A esto se debe que se estaría usando esta palabra como un eufemismo para decir: “usted es un imbécil que habla de cosas inciertas/irrealizables, y yo, en contraposición a usted, soy el pragmático” (es decir, el que tiene la razón, el que habla de aquello verdaderamente posible).

Sólo un mentecato se definiría como alguien falto de pragmatismo para proponer caminos alternativos. Es decir que la palabra idealista se usaría esencialmente para descalificar al otro.

Algo similar sucedería cuando se habla de si un conocimiento, en el marco de las ciencias sociales, es científico o no lo es. Yo les pregunto: ¿a qué otro cuerpo de ideas pretenden descalificar al autoproclamarse científicos? Esto lo digo puesto que, en las ciencias que analizan la conducta humana, no hay relaciones axiomáticas, más allá de que se pretendan adornar las tesis postuladas con algunos artilugios estadísticos. Pese a esta peculiaridad, existen muchas personas que sostienen que sus interpretaciones sobre el ser humano y su conducta son altamente científicas. ¿Con qué derecho proclaman esto?, o quizás habría que preguntarse ¿Con qué intencionalidad?

También me envenena el hecho de que se difunda un modo de pensar que plantea que todo lo que contiene un tinte de contracultura proviene de gente “joven e idealista”. Insultan a todos aquellos que diariamente resisten, desde sus barricadas, contra una ideología neoliberal que empuja a millones de personas a la miseria y, a veces, a la muerte. Lo que están queriendo decir es que todo aquel que no simpatiza con lo establecido es un simple idealista y, por lo tanto, no merece ser tenido en cuenta. ¡Es una fórmula muy funcional a algunas personas! Se olvidan que, más de una vez, las ideas de aquellos supuestos idealistas se han llegado a convertir en la nueva hegemonía ideológica.

Para redondear el asunto, quiero agregar las definiciones de diccionario:

Idealista: que propende a representarse las cosas de una manera ideal.

Ideal: que no existe sino en el pensamiento-conjunto de ideas o de creencias de alguien

En la segunda acepción queda claro que idealista no necesariamente ha de significar lo opuesto a pragmático, pero es éste el modo en que generalmente se usa la palabra. Me atrevería incluso a decir que, a veces, aquellos que dicen ser idealistas (en el sentido de que siguen un determinado conjunto de ideas) se están convirtiendo “un gol en contra”, puesto que el prejuicio generalizado tiende a apuntar más bien al uso de esta palabra que se destaca en este artículo (persona que propende a representarse las cosas de una manera que no existe sino en su pensamiento).

Así que cuando Mariano Grondona vuelva a invocar la palabra idealista, sepamos que estará tratando de descalificar a la persona que a él se le haya ocurrido poner en el banquillo de acusados, en el cual nunca pondrá a aquellos que, bien sabemos, son de su mayor simpatía: Menem, Macri, Lopez Murphy, Cavallo, Patricia Bullrich, y cualquier otro que sea “derecho y argentino”.

viernes, noviembre 25, 2005

¿¿Todo esto en un día??

Esta es una cadena de mail que me llegó recientemente, espero que les guste.

Dicen que todos los días hay que comer manzana por el hierro y una banana, por el potasio. También una naranja, para la vitamina C. Y una taza de té verde sin azúcar, para prevenir la diabetes. Todos los días hay que tomarse dos litros de agua. (Sí, y mearlos, que lleva como el doble del tiempo que llevó tomárselos). Todos los días hay que tomarse un Actimel o un Yakult para tener "L.Cassei Defensis", que nadie sabe qué carajo es, pero parece que si no te mandás un millón y medio todos los días, entrás a ver a la gente como borrosa. Cada día una aspirina, para prevenir los infartos. Y un vaso de vino tinto, para lo mismo. Y otro de blanco, para el sistema nervioso. Y uno de cerveza, que ya no me acuerdo para qué era. Si te lo tomás todo junto, por más que te dé un derrame ahí mismo, probablemente ni te enteres. Todos los días hay que comer fibra. Mucha, muchísima fibra, hasta que logres cagar un pulóver.

Hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, livianas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado. Haciendo el cálculo, sólo en comer se te van cinco horitas. Ah, y lavarte los dientes después. Después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea: después del Actimel los dientes, después de la manzana los dientes, después de la banana los dientes... y así mientras tengas dientes. Y pasarte hilo dental, masajeador de encías, buche con Plax... Mejor ampliá el baño y meté el equipo de música, porque entre el agua, la fibra y los dientes, te vas a pasar varias horas por día ahí adentro. Hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuno. Te quedan tres, siempre que no te agarre algún piquete. Según las estadísticas, vemos tres horas diarias de televisión. Bueno, ya no podés: todos los días hay que caminar por lo menos media hora (Dato por experiencia: a los 15 minutos andá volviendo, si no la media hora se te hace una). Y hay que cuidar las amistades porque son como una planta: hay que regarlas a diario. Y cuando te vas de vacaciones también, supongo. Además, hay que estar bien informado, así que hay que leer por lo menos dos diarios, para contrastar la información. Ah!, hay que tener sexo todos los días, pero sin caer en la rutina: hay que ser innovador, creativo, renovar la seducción. Eso lleva su tiempo. ¡Y ni qué hablar si es sexo tántrico!! (Al respecto te recuerdo: después de cada comida hay que cepillarse los dientes!). También hay que hacerse tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos, y no te digo si tenés perro o mascota...hijos?!

A esta altura podés ir considerando el suicidio como opción válida. En fin: a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias. La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias de estas cosas a la vez, por ejemplo: te duchás con agua fría y con la boca abierta, así mientras tomás agua, salís del baño con el cepillo de dientes en la boca y le vas haciendo el amor (tántrico) de dorapa a tu pareja, que de paso mira la TV y te cuenta, mientras barrés con una escoba metida en el culo. ¿Te quedó una mano libre? Llamá a tus amigos. ¡Y a tus padres!! Tomate el vino (después de llamar a tus padres te va a hacer falta). El Bio Puritas con la manzana te lo puede dar tu pareja mientras se come la banana con el Actimel, y mañana cambian. Y menos mal que ya crecimos, porque si no nos tendríamos que clavar un Danonino Extra Calcio todos los días. ¡Úuuuf!

Los muertos de la Religión



El domingo 20 de noviembre, con gran regocijo publicó en primera plana el diario La Nación, el más conservador del país, un artículo titulado Cada vez más personas se declaran religiosas. Un texto con elocuente satisfacción, y evidentemente sesgado, pero que sin duda reafirma lo que piensa y no dice esta gente: “estamos ganando la lucha contra los malditos ateos”.

Así continúan describiendo el proceso de la encuesta y sus fantásticos resultados, 8 de cada diez argentinos se consideran religiosos, mientras que en 1991 eran 7/10 y en 1984 6 de cada 10. Desde el diario sostienen, con falsa sorpresa, que el informe casualmente sale cuando el gobierno se encuentra en un fuerte enfrentamiento con la Iglesia Católica, aunque ellos mismos aclaran, la encuesta no discrimina entre la adhesión a los distintos credos y creen que las religiones monoteístas son las menos favorecidas.

Los resultados de la investigación muestran que 66% de la población mundial es religiosa, mientras que el 25% es no religiosa y sólo el 6% son ateos convencidos. El gran paladín de la religión no es otro que África, dónde el 91% de los africanos se declaran religiosos, si, el mismo continente dónde mueren millones de personas de SIDA por no usar preservativos y otros tantos se contagian porque se sostiene que la cura para esta enfermedad es tener sexo con vírgenes.

La nota periodística aclara que la religiosidad crece gradualmente entre las mujeres, la gente de mayor edad y sobre todo en los sectores más pobres y menos educados de los distintos países.

Justamente al día siguiente, en el mismo diario, se alarman por el descontrolado aumento del VIH (virus del SIDA), que ha experimentado el mayor aumento de la historia 4,9 millones de personas en 2005, alcanzando la friolera de 40,3 millones de portadores y 3,1 millones de muertes, de las cuales más de 500.000 son niños.

Nada se dice de las presiones de la Iglesia para impedir las leyes de salud sexual y reproductiva en las provincias argentinas, aunque afirman desde el diario que no puede controlarse el flagelo de esta enfermedad en el país. Citan a al representante local de ONUSIDA: “El sida exige una respuesta excepcional y observamos que se hacen algunas campañas de información, pero notamos que no llegan a todas las escuelas y que a los jóvenes les falta información para poder tomar decisiones sobre su sexualidad.” Pero no aclaran que las presiones para que no se llegue a las escuelas y para impedir que los jóvenes se informen y tomen decisiones sobre su sexualidad provienen de la misma Iglesia.

Sin embargo desde el diario se toman el trabajo de diferenciar las religiones y criticar todo lo distinto a la Iglesia Católica. Según el “filósofo” y ensayista Santiago Kovadloff citado por el diario, las religiones nuevas "alientan la disolución en lo masivo de la responsabilidad subjetiva e individual y, en este sentido, operan con una fuerza compensatoria equivalente a la de las doctrinas totalitarias".

Y recuerda, “la actual oferta de credos religiosos acentúa el consuelo y la identidad grupal ganada a expensas de la identidad personal.” Y yo te pregunto, ¿la Católica no?

Los dejo con un par de datos elocuentes, saquen sus propias conclusiones.

Religiosidad en Ghana 96%, Nigeria 94%, Noruega 36%.

miércoles, noviembre 23, 2005

Reflexiones

Analizando la crítica que “Pedropiojoso” formuló sobre mi artículo “Falsos Ídolos”, me vi motivado a escribir algo que pudiera dar respuesta a las cosas expresadas por él. Ante la extensión de mi redacción, decidí que sería mejor publicarlo como un post nuevo, dado que muchas de las cosas que su crítica me incitó a escribir realmente valen la pena. Lamento obligarlos a leer el comment de “Pedropiojoso”, pero realmente sería aconsejable que lo hicieran, antes de leer este artículo.

“Es evidente que quien escribió esto nunca jamás fue a un recital de nada”. De hecho solía ir seguido, pero me cansé porque era siempre lo mismo. La rebeldía envasada en frasco de 2 horas, para gran provecho de quienes son simples mercaderes.

“seguramente quien escribió esto jamás escucha música”, escucho música pero no tomo a los artistas como ídolos, sino simplemente como gente que ofrece un servicio de entretenimiento. Trato de no darle a un cantante más trascendencia que la que creo que le corresponde. Se dice en el habla popular que no hay que dar más por el pito que lo que el pito vale.

“también es cierto que los artistas se quejan, pero no hay que olvidar quién es el que está afanando...obviamente las discográficas!!!sí, las mismas que venden reproductoras de mp3 y las mismas que afanan programas para inventar la protección!!” Exactamente mi estimado compañero, pero estos artistas (supuestamente rebeldes) trabajan para estas discográficas. De hecho, hoy por hoy, en gran medida, las superestrellas son producidas por las discográficas. Evidentemente, una gran parte de los cantantes superfamosos no tendrían tanto éxito de no ser porque una discográfica les diera tanto vuelo. La rebeldía vende bien y eso lo saben muy bien los mercaderes de ilusiones, que administran las compañías discográficas.

“Che se habra dado cuenta que papa noél no existe??ah superman tampoco!!” , “quién escribió esto..Jorge Rial???” No sé que es lo que esto tiene que ver con mi artículo, por lo tanto no contestaré a este planteo.

“además James Bond , ídolo de quien???” James Bond es sólo un ejemplo, además el mundo no empieza y termina en Argentina. James Bond fue planteado como ejemplo paradigmático del clásico superhéroe del cine norteamericano. Bien podría haber mencionado a Rambo o a cualquier otro. Todos ellos tienen en común que presentan, a través de cine, toda una ideología imperialista y una forma de interpretar los conflictos internacionales. Tengamos en cuenta que USA exporta programas de televisión en una cantidad que significa más del doble que todos los demás países del mundo juntos. Queda claro el poderoso rol de la televisión norteamericana como medio para hacer hegemónica su cultura y para difundir determinadas interpretaciones a los hechos, que obviamente serán funcionales a las estructuras de poder dominantes. Por ejemplo, no es casual que la típica película de policías, los muestre a éstos como sumamente competentes y valientes. Policías que, en su afán por castigar a los criminales, pasan por alto las formalidades que la ley establece, cuyo respeto suele ser reclamado por sus superiores (quienes solo entorpecen la solución del caso). Estas películas vienen a legitimar toda la brutalidad policial que se comete al margen de la ley. Rara vez vemos que una película norteamericana haga una representación de la policía como una institución corrupta, que no lucha contra los peces gordos. A su vez, de más estaría ahondar en comentarios acerca de la forma en que son representados los conflictos militares en los que participara el gran vecino del norte.

“La estupides es el opio de los pueblos...las guerras,las drogas malas,internet,los blogs (cuac!)...” De lo cual se deduciría el absurdo de que las guerras, las dorgas malas (¿cómo puede una sustancia, que no es más que un objeto, poseer una cualidad humana tal como la maldad?), internet y los blogs = estupidez.

“Es verdad , el que escribió Cenicienta es un hijo de puta...” No coincido con usted, yo no creo que la gente sea intrínsecamente mala o buena. Sin embargo, las acciones en las que incurren tienen determinadas consecuencias, es a esto a lo que generalmente se orienta la labor intelectual, es decir, a su comprensión. A su vez, si tomamos las acciones de varios conjuntos de personas y las conceptualizamos dentro de un contexto histórico, podremos alcanzar un análisis más sistematizado de las relaciones de poder y de las conexiones entre las diversas fuerzas sociales.

“Che todo eso es ficción ..no se si se dieron cuenta...” Que las películas son una ficción es una obviedad, pero no obstante es una ficción que hace referencia a cosas que sí suceden en la realidad y, al interpretarlas, modulan los conflictos presentes.

“listo ponermos un cine en cada barrio y se termino la violenciaa!!bárbaro!!” Bueno, la reflexión que hice acerca del ejercicio de la violencia no apuntaba a que, al aumentar el consumo de películas de acción vaya a disminuir, de hecho, la violencia que se desarrolla en una sociedad determinada. Sucede que hay múltiples factores que inciden para que las personas incurran, en mayor o en menor medida, en acciones de violencia, la televisión es sólo uno. Además, es un tema sumamente polémico la intepretación acerca de la naturaleza de esta influencia, yo sostengo que es negativa (más cine violento, más agresividad apaciguada), pero la postura más común es la contraria (las películas de acción fomentan conductas agresivas). Sin lugar a dudas, hay variables que explican en mayor medida el grado y la forma de la violencia actual. Una es la brutalidad del imperialismo y de las estructuras de poder que dominan cada país (la violencia que viene desde arriba), la otra es la que se genera entre la gente más humilde (la violencia de abajo), aquella que responde a la marginación, a las hambrunas, a la desesperación, al justificado rencor, o al anhelo de justicia de quienes luchan contra la violencia de arriba.

“todavia crees que un heroe te va a venir a salvar...te frustaste porque no llega?” Todo lo contrario. En este comentario usted demuestra que no ha comprendido nada de que yo he estado hablando.

“La mujer agrada al hombre porque es bonita y existe”, esa es la premisa que usted propone. Obviamente, no coincido, veamos por qué razón. A usted le gusta determinada mujer por el hecho de que es bonita. ¿Qué implica esto? Entre tantas otras cosas, y sólo por dar un ejemplo, que esa chica se habrá rasurado las piernas y se habrá maquillado. Son cosas que las mujeres hacen para estar bonitas y gustarles a hombres como usted. El espíritu de lo que yo planteaba era el de la liberación de la mujer, de que ellas logren algún día romper las cadenas de este rol de sometimiento que nuestra cultura contemporánea les otorga, y la contracultura ha sido siempre el mejor ámbito para ello. Me parece un hecho triste que millones de mujeres tengan como plan de vida, simplemente, casarse con el tipo ricachón que supuestamente les va a traer todo lo que esperan de la existencia. Pero veo con gran entusiasmo este crepúsculo de la liberación femenina que significa el ejemplo estoico de otras tantas mujeres que, sin rencor a los hombres, hacen su propio plan de vida. Esto se observa en el hecho de que van a la universidad (no para solo para aprovechar el ámbito para conocer a su futuro esposo, que será un profesional con un buen sueldito), que se visten como quieren (y no de la forma en que a muchos hombres les gustaría), que deciden en forma independiente cómo desean vivir su sexualidad, y tantas otras cosas más.

Espero haber dado respuesta a algunas cuestiones que aparentemente no le cuadraban sobre mi artículo. De no ser así, estaré a su disposición para contestar cualquier otra inquietud (relacionada con el artículo).

martes, noviembre 22, 2005

Antireligiones


Esto fue publicado en Taringa por opablo, es un compilado de citas de celebridades acerca de las religiones. Hagan click sobre la Biblia para poder leer debidamente el texto de la advertencia.
¡No coincido con todas las citas!

Citas:
"La verdad os hará libres, la mentira creyentes." Anonima (EDIT)
"La ignorancia como la religión, cuanto más lejos mejor." Anonima (EDIT)
"La única iglesia que ilumina es la que arde".Piotr Kropotkin
«La verdad no demanda creencias. Los científicos no unen sus manos cada domingo, cantando “¡Sí, la ley de gravedad es real! Creo en mi corazón que todo lo que sube tiene que bajar. ¡Tendré fe! ¡Seré fuerte! ¡Amén!”. Si lo hicieran, pensaríamos que no están bastante seguros de ello» (Dan Barker).
«Por simple sentido común no creo en Dios, en ninguno» (Charlie Chaplin).
«Los dioses son cosas frágiles; pueden ser asesinados con un atisbo de ciencia o una dosis de sentido común» (Chapman Cohen).
«La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento. Son los que saben poco, y no los que saben más, quienes afirman tan positivamente que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia» (Charles Darwin).
«Pero para esta época, 1836 a 1839, yo había comenzado a ver, gradualmente, que el Viejo Testamento, desde su manifiesta falsa historia del mundo, con su Torre de Babel, el arcoiris de señal, etc., etc., y desde atribuirle a Dios los sentimientos de un tirano vengativo, no era más de confiar que los libros sagrados de los hindúes o las creencias de cualquier bárbaro» (Charles Darwin).
«Todos somos ateos respecto a la mayoría de dioses en los que la humanidad ha creído alguna vez. Algunos simplemente vamos un dios más allá» (Richard Dawkins).
«La realidad es aquello que, cuando dejas de creer en ella, no desaparece» (Philip K. Dick).
«Mi mente es incapaz de concebir una cosa como el alma. Puede ser que yo esté errado y que el hombre realmente tenga alma, pero yo simplemente no lo creo» (Thomas Edison).
«Detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir, la gente encuentra a Dios» (Albert Einstein, científico y humanista alemán).
«Era, por supuesto, una mentira lo que leíste acerca de mis convicciones religiosas, una mentira que ha sido sistemáticamente repetida. No creo en un Dios personal y nunca lo he negado [este descreimiento], por el contrario, lo he expresado claramente. Si algo hay en mí que puede ser llamado religioso es entonces la admiración sin límites hacia la estructura del mundo hasta donde la ciencia nos lo ha podido revelar por el momento» (Albert Einstein).
«No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana. Tampoco creo que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo: esos no son más que pensamientos de miedo o egoísmo de lo más ridículo» (Albert Einstein).
«¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? Entonces, ¿para qué lo llamamos Dios?» (Epicuro).
«Un mito es una religión en la que ya nadie cree» (James Feibleman).
«La religión es comparable con la neurosis infantil» (Sigmund Freud).
«No, nuestra ciencia no es una ilusión. Pero sí sería una ilusión suponer que lo que la ciencia no puede darnos lo podemos encontrar en otro lugar» (Sigmund Freud).
«Los sentimientos de “amor y temor de Dios” no tienen su origen en Dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende que sea su padre...» (Freud).
«La mayoría de los hombres prefiere y encuentra más fácil creer que tomarse el trabajo y la preocupación de investigar» (León de Gandarías).
«El sufrimiento religioso es la expresión del sufrimiento real y al mismo tiempo la protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón y el alma de las condiciones más desalmadas. Es el opio del pueblo» (Karl Marx).
«Los seres humanos pueden vivir sin dioses pero los dioses le deben la vida a los seres humanos, es decir, son una extensión imaginaria de la realidad, el resultado de una insatisfacción» (Luís García Montero).
«Lo que he hecho es mostrar que es posible que la forma en que comenzó el universo esté determinada por las leyes de la ciencia. En ese caso, no sería necesario apelar a Dios para entender cómo comenzó el universo. Esto no prueba que no exista Dios, sino solamente que Dios no es necesario» (Stephen Hawking).
«La teología nunca ha sido de gran ayuda. Es como buscar —a medianoche y en un sótano oscuro— a un gato negro que no está ahí» (Robert A. Heinlein).
«Ya vendrá el día en que el engendramiento de Jesús por el Supremo Hacedor como su padre, en el vientre de una virgen, será clasificado junto a la fábula de la generación de Minerva en el cerebro de Júpiter» (Tomás Jefferson).
«Intercambiar argumentos con una persona que ha renunciado a la lógica es como darle medicinas a un muerto» (Thomas Paine).
«Los seres humanos nunca hacen el mal de manera tan completa y feliz como cuando lo hacen por una convicción religiosa» (Blaise Pascal, 1623-1662, matemático y filósofo ateo).
«Cuando una persona padece de delirio, a eso se le llama locura. Cuando muchas personas padecen de delirio, a eso se le llama religión» (Robert M. Pirsig).
«Yo creo que ambos somos ateos. Sólo que yo creo en un Dios menos que tú. Cuando entiendas por qué tú deshechas todos los otros posibles dioses, entonces entenderás por qué yo deshecho el tuyo» (Stephen F. Roberts).
«La vida es sólo un vistazo momentáneo de las maravillas de este asombroso universo. Es triste que tantos estén malgastando su vida soñando con fantasías espirituales» (Carl Sagan).
«¿Por qué no puedes convencer a un creyente de nada? Porque sus creencias no están basadas en evidencias, sino en una enraizada necesidad de creer» (Carl Sagan).
«Si quieres salvar a tu hijo de la poliomielitis puedes rezar o puedes vacunarlo contra la polio... Aplica la ciencia» (Carl Sagan).
«El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio» (George Bernard Shaw).
«No hemos perdido la fe: la hemos transferido de Dios a la profesión médica» (George Bernard Shaw).
«Si le hablas a Dios estás rezando; si te responde tienes esquizofrenia» (Thomas Szasz).
«Yo creo en Dios, sólo que lo llamo Naturaleza» (Frank Lloyd Wright, 1867-1959, arquitecto estadounidense).)

domingo, noviembre 20, 2005

La dictadura de las encuestas


Incesantemente oímos a periodistas ultraconservadores, como Mariano Grondona y Bernardo Neustad, criticar a nuestro presidente por “decidir sus actos de gobierno mirando las encuestas”. Creo que este interesante fenómeno bien merece un análisis.

En general, me da la impresión de que toda persona involucrada en la política se apoya en las estadísticas cuando esto resulta conveniente, y las descalifica cuando no le brindan resultados favorables.

Supongamos por un instante que las encuestas efectivamente son la verdad, es decir, que su resultado no depende de la intencionalidad con la que han sido elaboradas. Entonces, evidentemente éstas vendrían a representar la voluntad popular, y lo harían de una forma tan firme como es actualmente la “dictadura de las encuestas” (que, dicho sea de paso, no me simpatiza).

¿Qué es lo que una parte casi mayoritaria de la prensa argentina está diciendo cuando formulan la mencionada crítica a nuestro presidente? ¡Está claro como el agua! Lo que están queriendo decir es: “Como el pueblo no sabe cómo debe ser gobernado un país, el presidente debería dar la espalda a los anhelos de la población y hacer lo que él considere más conveniente”. Al desmenuzar el contenido de esta crítica recurrente, vemos (una vez más) la hilacha antidemocrática de estos personajes que, de la noche a la mañana, pasan de ser defensores de una dictadura a su pretendido rol de paladines de la democracia. ¿Cómo puede sostener alguien, que evidentemente cree en las encuestas (recordemos que Mariano Grondona utiliza en su programa el “televoto” para llevar adelante encuestas que nunca refutan sus planteos), que es mejor que el presidente no haga lo que el pueblo desea?

Si ésta es la noción de democracia que estos individuos tienen, es decir, que el pueblo se exprese solo en el marco electoral, yo debo decir que me parece que esto se llama estafa. La soberanía popular ha de ser eso y mucho más, a los efectos de no encontrarnos con una democracia convertida en una simple producción teatral.

sábado, noviembre 19, 2005

Hombres, mujeres, sexo. Nada de niños



Siguiendo la línea de
La Guía Definitiva para la Manipulación del Hombre Heterosexual
procederemos en esta y otras entregas a cuestionar algunos de los prejuicios más recurrentes cuando se habla de sexo. Hoy:
“Los hombres quieren que su mujer sea una dama frente a los demás y una prostituta en la cama”.
Este argumento no suele ser formulado con estas palabras en nuestro país, aunque sí en el vecino grande del norte (citemos una autoridad: la letra del tema "Yeah" de Usher: "We want a lady in the street but a freak in the bed").
El argumento es erróneo: una mujer en la cama siempre es una mujer, sea prostituta o no. Pero las damas no van nunca a la cama, y, si llegan a hacerlo, son repugnantemente aburridas. No se trata de comportamiento social, se trata de visceralidad, de un acto animal e instintivo manipulado racionalmente, que solamente puede ser sublime luego de su aceptación total, y no a través de la lente de una moral pacata y, en todos los casos, falsa.
¿Hasta cuando vamos a seguir escuchando a un señor vestido con una sotana (para que no se noten las erecciones) diatribando desde el altar contra la carne, cuando sabemos en qué clase de hervidero de perversiones se torna el inconsciente al negar el cuerpo? ¿Qué valor cabe atribuir a la condena del representante de una institución con severa cantidad de casos probados de homosexualidad (que en sí no tiene nada de malo, pero es como si la 12 se quejara de la violencia en el fútbol) y pedofilia?

En el sexo no existen reglas, existen gustos. Pretender influir sobre los gustos de otro es intentar alterar su personalidad para que se adapte a lo que un grupo, mayoritario o no, considera normal.
Si alguien considera a esto válido, no veo en ello ningún problema. El que a hierro mata, a hierro muere.
Y la mayoría de los herreros cristianos murieron con las Cruzadas.

"Una tribu sigue a la otra y una nación sigue a otra como las olas del mar. Es el orden de la naturaleza y es inútil lamentarse. Es el tiempo de la decadencia" Cacique Seattle

Retenciones y desempleo

Hagan click sobre las imágenes , así podrán verlas ampliadas y leer mejor los títulos.

sábado, noviembre 12, 2005

La droga mata, la grasa también

Una y otra vez, se pretende mostrar a “la droga” como el origen de todos los males, como un ente con actitudes propias que, per se, posee la potencialidad de destruir los cimientos de nuestra sociedad. Este delirio no sorprende, ya que es muy funcional a las estructuras de poder dominantes plantear la solución a cuestiones como la inseguridad, declarando la guerra a las drogas (como si acaso éstas fueran un enemigo de carne y hueso, al que se puede derrotar matándolo). Esta guerra servirá de excusa para destinar crecientes cantidades de recursos a las fuerzas represivas, para avasallar libertades individuales y para gastar grandes sumas de dinero en campañas antidroga en los medios de comunicación (cuya evidente finalidad no es tanto la disminución del consumo, como sí lo es el hecho de comprar la benevolencia de esos medios, para que sean funcionales a los gobernantes y a las personas que pagan las onerosas campañas electorales que suelen tener los candidatos ganadores). En el plano internacional, también servirá de justificativo para la intromisión, de algunas potencias mundiales, en los conflictos que acontecen el tercer mundo (donde se producen la mayoría de las drogas ilícitas)

Veamos que, de por sí, se está planteando algo sumamente inexacto cuando se dice las drogas son malas. No existe un ente tal como “la droga”, solo hay sustancias, que poseen diversas características. Cuando una sustancia se ingiere en exceso ocasionará una intoxicación y, probablemente, la muerte. Esto no sólo se aplica a aquellas que están proscriptas, de más está decir que altas dosis de cafeína, alcohol y nuez moscada (que, en una cantidad de aproximadamente de 2 nueces, tiene un efecto alucinógeno) también pueden provocar una muerte por intoxicación. A su vez, consumir esto o aquello puede tener algunos efectos nocivos sobre el cuerpo, pero naturalmente la magnitud de esto estará sujeta a la frecuencia del consumo y a las dosis.

¿Pero cual es el argumento con el que justifican esta “guerra”? En primer lugar, sostienen que “la droga” genera automáticamente adicción, por ende, quien consume alguna vez una de las drogas ilícitas ya se verá transformado, como un zombi que acaba de ser mordido por otro de esa especie (es decir que se muestra al fenómeno de las adicciones como una “enfermedad”, susceptible de ser contagiada). Sucede que esto no es cierto, la mayoría de los consumidores de las drogas ilícitas más comunes no desarrollan esa clase de relación con la sustancia. Un dato llamativo es que dos drogas legales, que tienden a generar mucha mayor dependencia que aquellas proscriptas, causan muchas más muertes que las ilícitas. Estoy hablando del alcohol y la nicotina.

Otro argumento es que las drogas ilícitas matan y, a veces esto efectivamente sucede, pero no necesariamente se llegará a ese desenlace. Un paquete de aspirinas, si alguien se las toma todas juntas (quizás en la estúpida perspectiva de recuperarse más rápido), seguramente causará la muerte. Del mismo modo, fumar (incluso asiduamente) puede llevar a una muerte por cáncer del pulmón, o quizás no. La pregunta que nadie se plantea es ¿No debería ser parte de la libertad de cada individuo decidir si acaso desea dañar su cuerpo o incluso correr riesgo de muerte, mediante el consumo de determinadas sustancias para uso recreativo?

De hecho se ha intentado prohibir también el alcohol en el país pionero en este asunto, éste es Estados Unidos. Se usaron los mismos fundamentos puritanistas que llevaron a la proscripción de las demás sustancias que se usaban con fines recreativos. Sólo que la resistencia de la población a acatar la prohibición fue tanto más grande, que la ley se hizo insostenible. Está época de proscripción dejó el siguiente saldo: 30.000 muertos por envenenamientos debidos a alcohol metílico y otros adulterantes; 100.000 personas víctimas de ceguera, parálisis, etc; 45.000 personas detenidas por motivos relacionados con la prohibición; aparición de mafias y crimen organizado; 35 % de agentes encargados de velar por la prohibición, con expedientes abiertos por corrupción y casi un 10% expulsados; un ministro del interior y uno de justicia fueron condenados por conexión con las mafias y por delitos de contrabando. Estas cifras escandalosas significan una grave pérdida de capital humano para la economía en cuestión, pero por sobre todo, una pérdida completamente evitable. El alcohol volvería a ser legalizado, no precisamente por generar poca dependencia, sino todo lo contrario. Otro dato que resalta de esta época es que el consumo de alcohol no sólo no disminuyó, sino que incluso aumentó. A su vez, con respecto al resto de las drogas que hoy son ilegales, no olvidemos que su consumo se disparó en épocas de proscripción (es decir que no significaban ningún problema al momento en que fueron proscriptas), paralelamente a esto, las mafias adquirieron el enorme poder que las caracteriza (fruto de las fortunas amasadas con el tráfico de alcohol, en las condiciones sumamente provechosas que generaba la ilegalidad de ese mercado). Este hecho deja en claro una cosa: La proscripción ha demostrado ser un medio inútil para disminuir el consumo de la sustancia que sea.

Otro argumento que se suele utilizar es que las drogas que se proscriben generan graves trastornos de salud. Ahora bien, sabemos que existen muchas cosas de uso legal que consumimos y que afectan y/o destruyen nuestros cuerpos pero, aún así, no suprimimos mucho de esto. Veámoslo con un poco de ironía. Si la autoridad pública se arroga el derecho de prohibir el consumo alguna sustancia, a los fines de proteger la salud de sus ciudadanos, entonces, buscando el mismo objetivo, tendría que prohibir inmediatamente la ingesta de alimentos de los cuales se sabe que poseen efectos cancerígenos y de aquellos que poseen un alto contenido de grasa y azúcares (el exceso de ambas produce graves problemas de salud, que pueden llevar a la muerte). La cantidad de fallecimientos y trastornos que ambas ocasionan, aplicando el mismo criterio que con “las drogas”, deberían conducir a la proscripción de los menús de Mc Donalds y a la encarcelación de sus propietarios (traficantes de las hamburguesas que tapan nuestras arterias con grasa, llevándonos a la muerte).

Más recientemente, se ha investigado y corroborado que el uso intensivo de la telefonía celular también posee un efecto cancerígeno a largo plazo, y el estado no debería quedarse impasible ante el hecho de que una parte significativa de la población elija generarle tal daño a su cuerpo. En virtud de ello, se debería prohibir de inmediato la telefonía celular, derribar las antenas, incautar los celulares y encarcelar a toda persona involucrada con esta amenaza a la salud pública. De más esta decir, que también se tendría que prohibir el consumo y la venta de drogas altamente adictivas como el alcohol, tabaco (que, como dije anteriormente, producen muchas más muertes que las ilegales).

La reflexión de los párrafos precedentes deja en evidencia que existe una gran arbitrariedad en la proscripción de determinadas sustancias. Deseo concluir este artículo citando un concepto de un economista que, en otros temas, no sería de mi agrado. Milton Friedman planteó que las drogas son una tragedia para los adictos, pero se convierten en un desastre para toda la sociedad, a partir de que se proscriben.

miércoles, noviembre 09, 2005

¡Soy único! (mi número de serie me da la razón)


Esto que originalmente había comenzado como una respuesta al post de Bauer ha adquirido una masa tal que me veo forzado a postearlo aparte. Sepan disculpar la molestia de obligarlos a leer el post anterior.
Es complicado tratar el tema de la idolatría sin caer en falsas apreciaciones que a priori parecen irrefutables pero que en definitiva no dicen nada. El argumento de que en base a los "héroes" de hoy en día podemos entender cuán corrupta está nuestra civilización recuerda a las palabras apesadumbradas de los viejos en la cola del banco quejándose por cómo han cambiado las cosas.
¿Qué es este fenómeno de la idolatría? ¿Es nuevo? No, evidentemente, aunque sus caracteres más criticados sólo se adquieren en la llamada cultura de masas, hija, prostituta y carcelera de los mass-media o medios de difusión masiva.
No quiero aburrir con los detalles de las investigaciones post Segunda Guerra Mundial tan en boga hace unos 40 años, que analizaron hasta el hartazgo los métodos de propaganda de los que tan redituable uso hicieron tanto Hitler como los países aliados (valgan como ejemplos los siguientes: los nazis, al invadir Polonia, arrojaban desde sus aviones volantes en los cuales un soldado polaco enfadado gritaba a Chamberlain: "¡Ingleses! ¡Esto es culpa vuestra!"; los aliados demonizaban a los nazis recurriendo a la figura arquetípica de los bárbaros hunos que arrasarían toda ciudad a su paso).
Basta decir al respecto que los caracteres decisivos de nuestra cultura actual globalizada, particularmente en lo que respecta a los mass-media, surgen con una intensidad decisiva tras la Segunda Guerra Mundial y en particular durante la Guerra Fría.
A nadie sorprenderá saber que los Estados Unidos gastaron millones durante el transcurso de esta última para hallar nuevos métodos (más allá de la desinformación sistemática y el arraigo de prejuicios que siempre los han caracterizado) de manipulación de masas. Son representativas al respecto las investigaciones con drogas psicotrópicas (LSD, DMT, e incluso la mucho menos potente marihuana, investigada como reemplazo al "suero de la verdad") y los estudios sobre el rol de cine, radio, televisión y periódicos en la formación de la opinión pública.
Pese a una inicial tendencia a la exageración (se pensaba que todo lo que subliminalmente se indicara al espectador sería realizado por éste. Los vanos intentos de los cines de aumentar las ventas de Coca-cola y "palomitas de maíz" intercalando una poco sutil orden de "Buy" (comprar) como un cuadro dentro de las películas desmistificaron la cuestión).

Modernamente se sabe que, si bien los mass-media no pueden cambiar las convicciones firmemente arraigadas en una persona, hacen maravillas en los indecisos y en la confirmación de los que ya han interiorizado el mensaje que se pretende comunicar. No tienen fuerza para crear nuevas convicciones, pero son excelentes para arraigar las ya presentes.
Sumemos a esto una educación vacía o, peor aún, reaccionaria, de los ámbitos en que se desarrolla a educación de una persona y tenemos otra inocente marioneta del sistema: burócrata, marxista, cristiano, hippie o lo que sea, pero siempre de manual, y en ejercicio de una libertad que nace herida de muerte. No nos dejan elegir cómo vestirnos, pero sí el color de nuestra ropa. Viva la libertad.

¿Problema nuevo la idolatría? Para nada. ¿Reflejo de lo malo de nuestra época? Tal vez, pero en todo caso, siempre lo ha sido: adorar a Alejandro Magno, al becerro de oro, a la Patria, Britney Spears o Wagner es igual de estúpido.
Si toda idolatría refleja una carencia en quien idolatra es algo que puede discutirse, y que no pretendo responder aquí. Pero la atribución de la culpa a los idolatrados es algo que hoy en día no tiene sentido sostener: la lógica del mercado dicta lo que es necesario, y ésto es lo que se produce. En realidad, para ingresar al mainstream, no importa que un artista tenga talento: se le exige sólo la realización de un perfil: cumplidos determinados requisitos, llega la fama, que puede recaer tanto en A como en B, C o D. ¿Cuál de todas las rubias es tu modelo favorita? ¿Cuál de las cantantes oxigenadas de aspecto inocente? ¿Qué galán de Hollywood te parece más sensible?

No, no se apresuren a responder. Esto es un mercado, y un buen comprador siempre simula ser exigente.

martes, noviembre 08, 2005

Falsos ídolos

Si las personas idolatradas son un espejo de los valores de la época en que se vive, seguramente podremos decir que la decadencia actual está plasmada en el rol que se le otorga fundamentalmente a los cantantes, deportistas, actores y modelos (que de ahora en adelante llamaré los “vedette” de la sociedad postmoderna).

¿Qué grandes hazañas han realizado estas personas para que sean idolatradas? ¿Qué sacrificio han hecho por la sociedad en qué viven? ¿Qué actos de heroísmo? Lo que yo veo es que generalmente se trata de personas que se han dedicado a hacer negocios personales. Los “vedette” rara vez realizan actividades que involucren al resto de la sociedad en forma activa. Veamos esto más detenidamente.

El cantante sale al escenario a interpretar sus canciones ante una evidente pasividad del público, que sólo interviene cuando él les ordena hacerlo. Al finalizar el concierto, nuestro vedette número uno regresará a su casa con sus alforjas llenas con el dinero que ha recaudado, en esto no tenemos más que una relación comercial, por un lado se ofrece un servicio de entretenimiento, y por el otro, dinero. Es obvio que el artista no realiza sus obras “por amor al arte” (nunca mejor dicho), ni por amor a sus admiradores. A menudo vemos a músicos expresando su aprobación de que su público menos pudiente adquiera copias piratas de sus canciones vía Internet, pero luego aparecen sus cds con protección anti-copiado, mostrando su verdadera hilacha de comerciantes. Otros tantos repudian frontalmente que sus cds sean copiados, éstos al menos no tienen doble discurso ni empacho en presentarse como simples fenicios.

¿Y qué les puedo decir de los grandes deportistas y también de sus clubes? Sé que muchos lectores reaccionarán con muy poca simpatía a este planteo, pero por más que sientan que “su” club sea algo que está ampliamente por encima del dinero, yo les digo que es un negocio como cualquier otro. Venden entradas, ofrecen merchandising y realizan inversiones (en infraestructura, pero también en jugadores) que deberán ser amortizadas. Los grandes jugadores, a veces, cobran hasta un adicional por cada gol realizado y/o por cada partido ganado. No sorprende que festejen con tanto entusiasmo cada gol y cada triunfo. La satisfacción de un éxito deportivo es algo muy bueno, pero se les torna mucho mejor si viene untada con unos cuantos billetes. Cuando el espectador futbolístico, incluso más pasivo que quienes están en un concierto (ya que no pueden intervenir jugando un ratito), festeja un gol y un partido ganado como un triunfo propio, se está poniendo en el lugar del jugador. Ese papel protagónico probablemente haya sido el anhelo frustrado de su infancia, y el club y las estrellas deportistas sólo son una forma de resarcirse de todos los sueños rotos por los que habrán de llorar hasta el final de sus días, pero cada vez que su club gane dirán: ganamos. En esa acción se sentirán triunfadores por un instante.

Es evidente que los actores producen entretenimiento a cambio de dinero, sólo que cuentan con una ventaja en relación a los demás “vedette”: como sus obras pertenecen al mundo de la ficción, las sensaciones que pueden transmitir ni siquiera están restringidas por la frontera de lo físicamente posible. Así es como James Bond puede realizar hazañas sin límites, así es como se desarrollan luchas de gran suspenso, pese a que bastaría un sólo golpe de película para noquear a una persona real. ¿Por qué la cinematografía es tan atractiva? Porque ofrece toda clase de fantasías, tanto aventuras como romances apasionados, en circunstancias poco convencionales. Sucede que la realidad en estas sociedades adormecidas no ofrece nada de eso. El ciudadano promedio lleva una vida aburrida, encuentra frustración sexual y no ha matado a nadie (pese a que muchos, por momentos, desearían salir a realizar una masacre con toda la gente que odian). La cinematografía estilo Hollywod actúa como el nuevo opio del pueblo. Durante un rato, todas las fantasías se harán realidad, tanto más cuanto mayor sea la habilidad del televidente de ponerse en el lugar del actor (obviamente de aquel que tiene el rol principal). De gordito fracasado, devorador de toda clase de alimentos calóricos (así como de cualquier otra cosa que pueda ingresar al cuerpo y causar un placer inmediato), convertido en el actor estelar presto a seducir a la muchacha atractiva (cual único rol que la sociedad machista se digna a otorgarle: el de ser la bonitilla que va ser seducida, con total pasividad, para mayor sensación de conquista en la conciencia masculina). Tomemos nota de que cuanto más cine se consume, mayor es la frustración que genera la realidad, y por lo tanto mayor la necesidad de recurrir al cine. Finalmente deseo señalar que la violencia, que tanto se observa en la cinematografía americana, sirve para calmar los impulsos violentos de las personas. En vez de responder con los mismos medios a las agresiones que la sociedad y su elite les imponen, obtienen un sedante que los lleva a la pasividad en el plano del ejercicio de la violencia (elemento clave en la construcción y consolidación del poder).

Finalmente llega la hora de hablar de las modelos, ellas son un perfecto producto del machismo contemporáneo: “La mujer existe para ser bonita y agradar al hombre”. Las modelos sirven para reproducir permanentemente determinado ideal de belleza, que contiene subrepticiamente el germen del racismo, puesto que este ideal frecuentemente se condice con determinada raza, en detrimento de otras (que obviamente, por no haber logrado acumular poder, no serían dignas de ser admiradas en la estética fisiológica, según esta perspectiva racista). Nuevamente concluimos, por razones obvias, que las modelos no establecen con la comunidad ninguna otra cosa más allá de una relación puramente comercial, por ende, no habría ninguna razón para idolatrarlas.

Sería hora de pensar más detenidamente a la hora de elegir ídolos. Creo que pueden encontrarse individuos heroicos, que serían mucho más merecedores de tanto reconocimiento que las vedettes.

martes, noviembre 01, 2005

Monopoly

Todos ustedes conocerán el Monopoly, el famoso juego de tablero creado por los hermanos Parker. Yo, por de pronto, lo tengo y lo uso casi a diario.

Parece un simple juego inofensivo e intrascendente pero no debemos perder de vista que en él se plasma toda una interpretación de la sociedad capitalista en la que vivimos. En algunos aspectos, esa representación me parece acertada, en otros no.

Lo que me parece muy correcto de este juego es que, dado que el objetivo primordial en una partida de Monopoly consiste en crear un monopolio, introduce la noción de que, en un mercado totalmente liberal, no se van a dar los supuestos beneficios de la libre competencia entre los empresarios. Esto es así puesto que el libre mercado genera por sí mismo las condiciones para su propia desaparición, lo hace en su tendencia a la concentración del capital y a la formación de oligopolios. Los empresarios se van “comiendo” unos a otros, dejando cada vez menos margen para competir. A medida en que más se concentra una determinada industria bajo una misma empresa, decrecen los costos marginales por cada nueva unidad producida, debido a que los enormes costos fijos (es decir, independientes del nivel de producción) se distribuyen en una cantidad mayor de unidades producidas. De aquí surge que se vuelve cada vez más difícil para nuevos emprendedores reclamar una porción del mercado, puesto que lo dicho anteriormente significa que la concentración genera las condiciones para una concentración aún mayor.

El aspecto con el que no coincido es que, al completar cada vuelta por el tablero, se cobran 200 $ en concepto de salario, una suma de dinero considerablemente elevada, que todo jugador espera ansiosamente para poder seguir capitalizándose. Ahora bien, el mensaje inherente es que todo asalariado perfectamente podría convertirse no sólo en un empresario, sino incluso en un monopolista, y sólo haría falta para lograrlo el hecho de invertir astutamente el dinero obtenido en concepto de salarios. De más está decir que los hermanos Parker han omitido el hecho de que un asalariado deberá usar su limitado ingreso para adquirir sus medios de subsistencia, que serán mas o menos costosos según el grado de formación profesional y la calidad de vida que precisa ese trabajador para ofrecer determinadas cualidades productivas, pero no será mucho lo que le quede como para poder comprar las cosas que se adquieren en el Monopoly con ese dinero: terrenos, trenes, servicios públicos y también edificar casas y hoteles.

¿Alguno de ustedes seguiría concurriendo al mercado laboral para ofrecer sus servicios a algún empresario, teniendo la posibilidad de convertirse en millonario y dejar a su dinero producir aún más dinero? Lo dudo mucho.