viernes, junio 29, 2007

viernes, junio 22, 2007

Entrevista a Michael Moore sobre SiCKO

Michael Moore habla sobre “SiCKO”, su viaje a Cuba y el sistema de salud estadounidense

Un buen artículo que encontré en el sitio Rebelión

Amy Goodman/Michael Moore
Democracy Now!

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Una hora con Michael Moore sobre “SiCKO”, su viaje a Cuba con trabajadores de rescate del 11-S, la eliminación de compañías privadas de atención sanitaria y los lazos de Clinton con compañías de seguros: “Están metidas en sus bolsillos y ella en los de las aseguradoras.”

El cineasta galardonado con el Oscar, Michael Moore se reúne con Democracy Now! antes del estreno de su nueva película “SiCKO.” La cinta es una ferviente acusación contra el sistema de salud de EE.UU. No se concentra en los más de 40 millones que no tienen previsión sanitaria, sino en los 250 millones que la tienen – muchos de los cuales son abandonados precisamente por el servicio de salud por el que han pagado durante décadas. “Los dejan hacer lo que les da gana,” dijo Moore hablando de las compañías de seguros sanitarios. “Cobran lo que quieren. No hay control gubernamental, y francamente no arreglaremos nuestro sistema hasta que eliminemos esas compañías privadas de seguro.”

TRASCRIPCIÓN NO EDITADA

AMY GOODMAN: Michael Moore entró en acción. El miércoles, el cineasta ganador del Oscar testificará en el Congreso. Luego va a Nuevo Hampshire para cuestionar a los candidatos presidenciales – demócratas y republicanos – en cuanto al sistema de previsión sanitaria de la nación.

¡Oh!, y su último documental, “SiCKO,” va a ser estrenado esta semana en miles de cines. La película es una ferviente acusación contra el sistema de salud de EE.UU. No se concentra en los más de 40 millones que no tienen previsión sanitaria, sino en los 250 millones que la tienen – muchos de los cuales son abandonados precisamente por el servicio sanitario por el que han pagado durante décadas.

Ayer me senté junto con Michael Moore en el Tribeca Cinema aquí en Nueva York, después de una proyección preliminar para los trabajadores del 11-S que se enfermaron después de trabajar en el entorno tóxico de Campo Cero. Luego realizó un evento de recolección de fondos para el Centro por la Justicia y la Democracia, un grupo de reforma de injusticias. Comencé preguntándole lo que le inspiró a hacer la película.

MICHAEL MOORE: Bueno, en realidad – tuve un programa en la televisión en los años noventa llamado “TV Nation,” y un día simplemente pensé que sería interesante realizar una competencia. Así que enviamos camarógrafos a una sala de primeros auxilios en Fort Lauderdale, otro equipo a una en Toronto, y otro a una en La Habana. Y cada equipo debía esperar hasta que alguien llegara con un brazo o una pierna quebrada. Y entonces iban a seguir a esa persona a través del sistema y ver la calidad del cuidado, con qué rapidez se realizaba y lo económico que era. Y convencí a Bob Costas y a Ahmad Rashad, locutores de programas deportivos, para que realizaran la descripción de lo que pasaba en el instante, lo que llamamos, la Olimpíada de la Salud. Y así, fue una carrera entre EE.UU., Canadá y Cuba. Y para decirlo con pocas palabras, Cuba ganó. Tuvieron la atención más rápida, el mejor cuidado, y no costó nada.

Esa semana entregamos el show a NBC, y recibimos un llamado del censor. No lo llaman “el censor,” lo llaman Estándares y Prácticas. Y así, esa mujer nos llama. Es la jefa de Estándares y Prácticas – la doctora Algo. No me acuerdo – realmente decía doctora antes de su nombre, pero no me acuerdo de su apellido. Pero ella llama, y me dice: “Mike, Cuba no puede ganar.” Yo digo: “¿Qué?” “Cuba no puede ganar.” “Bueno, ellos ganaron. ¿Qué quiere decir conque no pueden ganar? Ellos ganaron.” “No, no podemos decir eso en NBC. No podemos decir que Cuba ganó.” “Bueno, sí ¡pero ellos ganaron! Aseguraron la atención más rápida. Fueron los más baratos. Y el paciente quedó contento, y le arreglaron el hueso.” “No, eso va contra nuestras regulaciones.” Yo le dije: “¡Oh!, bueno, no lo voy a cambiar.”

Bueno, lo cambiaron. Lo cambiaron. Dos días después, cuando lo transmitieron, lo cambiaron para que Canadá ganara. Y Canadá no ganó. Canadá casi ganó, pero cobraron al sujeto 15 dólares por unas muletas a la salida. Así que hasta hoy me fastidia que cualquiera que haya visto ese episodio, sabes, donde decía: “y Canadá ganó la Olimpíada de la Salud,” y en realidad fue Cuba, pero eso no se podía decir en NBC, porque sólo Dios sabe lo que podría ocurrir.

Así, en todo caso, entonces me puse a pensar por primera vez en ese tema, y luego cuando tuve mi próximo show, “The Awful Truth” [La terrible verdad], seguimos a un tipo que tenía seguro de salud, pero su compañía de seguro sanitario no aprobó la operación que necesitaba, que podía salvar su vida. Así que llevamos al individuo a la central de Humana, la HMO [Organización de Mantenimiento de la Salud) en Louisville, Kentucky; lo llevé allí a ver a los ejecutivos. Nos pusieron de patitas en la calle. Así que salimos al césped y celebramos el funeral del hombre, con él presente. Llevamos a un cura, y un ataúd y portadores del féretro, con gaitas y, ya sabes, “Sublime Gracia” y todo el aparato. Y los ejecutivos lo miraban desde el piso superior y se horrorizaron que fuera a ser transmitido por la televisión nacional. Tres días después, llamaron y le dijeron al tipo: “Vamos a aprobar la operación.” Y el hombre sigue vivo.

Y yo pensé en aquel entonces, vaya, sabes, cosa de diez minutos, y salvamos la vida de un tipo; ¿qué podríamos alcanzar si lo hiciéramos en una película de dos horas? Y así, fue como la génesis de esto, aunque la película no terminó por ser una serie de historias sobre, sabes, salvar vidas individuales, porque a medida que me metía en esto, me di cuenta de que existe una historia mucho, sabes, mucho más grande que hablar del sistema en sí.

AMY GOODMAN: Bueno, cuéntanos de los trabajadores del 11-S y cómo te involucraste con toda esa gente que se enfermó. Acabamos de salir de una de las primeras proyecciones antes del estreno de la película, con trabajadores del 11-S que están enfermos.

MICHAEL MOORE: Exactamente. Bueno, como sabes, aquellos de nosotros que en Nueva York, donde desde el 11-S, muchos de esos trabajadores que acudieron corriendo a ayudar el 11-S que no eran empleados de la ciudad ni del Estado, que eran simplemente voluntarios – quiero decir, algunos cruzaron desde Nueva Jersey y vinieron y ayudaron... Eran tal vez bomberos voluntarios de Nueva Jersey, algunos eran voluntarios de EMT [medicina de emergencia], y fueron a ayudar. Algunos se quedaron durante meses en el esfuerzo de recuperación. Y los afectaron todas esas enfermedades, enfermedades respiratorias y cosas semejantes, de respirar, de todo, sabes – mientras la EPA [Agencia Estadounidense de Protección Ambiental] decía, Giuliani decía, todo va bien. Sabes: vayan y respiren tranquilos. En realidad, como sabemos ahora, fue muy tóxico allí. Y cientos, tal vez incluso miles, han sufrido como resultado de la toxicidad en el aire de entonces.

Y luego, para descubrir que nuestro propio gobierno y todos esos fondos del 11-S no suministran ninguna ayuda para esos voluntarios, porque no eran empleados de la ciudad. Así han estado sufriendo todas esas enfermedades – y algunos de ellos sin ver siquiera a un médico o no pueden permitirse las operaciones o las cosas que necesitan, las medicinas que necesitan, porque no tienen seguro médico. Y ahora no pueden trabajar, así que están discapacitados, y tienen que pasar por toda un papeleo para tratar de conseguir Medicaid [un programa que brinda atención médica a algunos individuos y familias con ingresos y recursos escasos]. Es sólo – quiero decir, da pena ver que los hagan pasar por un trámite tras el otro. Y así, llegamos a conocer a algunos.

Y al mismo tiempo, vi ese asunto en C-SPAN [cadena de cable que transmite los eventos del Congreso, la Casa Blanca y otras agencias federales], cuando el senador Frist fue a Guantánamo, porque querían mostrar cómo, sabes, damos buen cuidado a los detenidos, sabes, que todos reciben un tratamiento de prisioneros de la mejor categoría. Y una de las cosas sobre las que quería decir algo – Mr. Frist – era lo buena que era la atención sanitaria –

AMY GOODMAN: El doctor Frist.

MICHAEL MOORE: Sí, perdóname, el doctor Frist. Un doctor más. Entonces presentó esa lista, sabes – están todos los colonoscopios que hemos estado haciendo, sabes. Y, por cierto, lo primero que pensé cuando escuché eso, pensé: “¿colonoscopios? Mira, la mayor parte de esos detenidos tienen veinte o treinta años. Sabes, realmente – no necesitas que te hagan un colonoscopio hasta que tengas cincuenta.” Así que esa debería haber sido una primera clave de que algo iba mal en Guantánamo. Pero él tiene toda esa lista, Amy, de cuántas limpiezas de dientes les han hecho a los detenidos, cuántos empastes de las raíces. Dan consejos de nutrición.

AMY GOODMAN: ¿Hablan de la alimentación forzada de prisioneros en huelga de hambre?

MICHAEL MOORE: Sí, bueno, por cierto. Es lo que llaman “consejos de nutrición.” Y así, lo convirtió en parte de esa gran cosa, sabes, sobre el maravilloso trato que reciben allí, y que no nos debiéramos preocupar para nada por ellos. Bueno por cierto, una ironía se suma a la otra, sabes. Y pensé, bueno, aquí tenemos a los trabajadores de rescate del 11-S que no pueden conseguir ninguna atención sanitaria. Ahí los tenemos pregonando cómo tienen atención sanitaria universal, atención dental, atención a la vista, consejos de nutrición, para los detenidos. Y pensé, bueno, ¿por qué no llevamos a nuestros trabajadores del 11-S a Guantánamo y vemos si podemos conseguir una parte de esa atención sanitaria gratuita de la que se vanaglorian tanto? Y así, esencialmente, cuando ves la película – no quiero revelarlo todo – pero es esencialmente lo que vamos a hacer.

AMY GOODMAN: ¿Cómo llegaron allí?

MICHAEL MOORE: ¡Caramba! Quisiera podértelo decir. Sabes, ahora el gobierno de Bush me está investigando por ese viaje que hice: dicen que fuimos a Cuba, pero mi punto es, no, íbamos a la Bahía de Guantánamo, que ustedes pretenden que es suelo estadounidense, así que en realidad nunca abandonamos EE.UU. Quiero decir, salimos de Miami en el barco, y terminamos en la Bahía de Guantánamo, que ustedes reivindican como aguas estadounidenses. Y así – pero, desde luego, sabes, terminamos entonces, en la verdadera nación de Cuba. Y verás en la película el maravilloso tratamiento que los trabajadores del 11-S y los otros que llevé recibieron de los doctores cubanos y del sistema de atención sanitaria cubano. Pero, ahora me están investigando.

Y quiero decir, tú has estado allá. ¿Has recibido alguna vez esa carta que amenaza con una acción civil y penal en contra tuya? O –

AMY GOODMAN: No la recibí.

MICHAEL MOORE: Sí ¿ves? Tú eres Amy Goodman. Deberías recibir la primera carta. ¿Por qué me escogen a mí? En todo caso, así es, me encuentro en medio de esto, así que no debo realmente – no quiero decir públicamente todavía cómo llegamos realmente allá, pero realmente tenemos un barco en la película, ves, y estamos realmente en la Bahía de Guantánamo. Y probablemente nunca has visto a alguien que haya realmente navegado a la Bahía de Guantánamo. Cuando veas la película, lo verás, sabes, por primera vez. Y, sabes, yo soy el capitán.

AMY GOODMAN: ¿Temías a las minas o lo que pensabas que podrían ser minas?

MICHAEL MOORE: Sí. En realidad, tenía más miedo de lo que nos apuntaba desde la torre de vigilancia del lado estadounidense de esa línea de demarcación que hay en la bahía. Y tengo que decir – quiero decirte – pienso que esto lo puedo decir – el gobierno cubano no estaba exactamente contento con mi idea de navegar a la Bahía de Guantánamo, porque no querían un incidente que provocara a los estadounidenses o les diera una excusa para hacer algo contra Cuba. Y especialmente porque era yo, sabes, los cubanos perciben que Mr. Bush no me quiere mucho, y ahí llego, pellizcándoles la nariz en Guantánamo, y podía pasar cualquier cosa. Así que realmente tuvimos que hablar mucho con los cubanos para convencerlos de que permitieran que utilizáramos sus aguas para acercarnos a las aguas estadounidenses allí en la bahía.

AMY GOODMAN: ¿Está minada esa área?

MICHAEL MOORE: Bueno, es lo que dicen, sí. Sí, sí. Bueno, creen que los estadounidenses la han minado, sabes, para que ningún cubano pueda entrar. No sé lo que los cubanos –

AMY GOODMAN: ¿Cubanos que tratarían de meterse en Guantánamo a la prisión?

MICHAEL MOORE: Entrar furtivamente, sí. ¡Eh! no me pidas que explique las acciones de los militares estadounidenses. Yo, sabes – no sé qué los cubanos – no me gusta decirlo, pero, ya sabes, cuando estuvimos allí, no parece que haya una inmensa fuerza de defensa cubana, si los estadounidenses decidieran invadir realmente de nuevo, por lo menos por esa ruta. Pero estoy seguro de que tienen algo planeado si los estadounidenses llegaran a hacerlo.

AMY GOODMAN: Los trabajadores de emergencia que llevaste a Cuba; habla del sistema de atención sanitaria en ese país.

MICHAEL MOORE: Bueno, ya sabes, cuando dicen que hay un doctor en cada manzana, no es un cliché. Quiero decir, están realmente – Cuba, por persona, tiene tantos doctores más que nosotros. Sabes, ha habido una escasez de doctores en EE.UU. durante mucho tiempo, y ha sido en gran parte porque la AMA [Asociación Médica de EE.UU.] no quiere que haya más estudiantes en las escuelas de medicina, porque creen que si mantienen bajo el número de doctores, esos doctores reciben más dinero, a diferencia de si tuviéramos un montón de doctores, tendrían que repartir un poco más el pastel, así que...

Pero los doctores cubanos, el sistema de atención sanitaria cubano, me impresionaron mucho. Toda la gente que llevamos allá estaba extremadamente contenta con el tratamiento que recibieron. Pero se concentran mucho en la prevención y, porque lo hacen, terminan sin tener que gastar un montón de dinero en su atención sanitaria. No tienen el dinero necesario. Es un país muy pobre, como sabes. Y me impresionó mucho. Y, sabes, con lo poco que tienen para utilizarlo en su sistema de atención sanitaria, terminan viviendo más que nosotros. Tienen una tasa inferior de mortalidad infantil que nosotros. En una serie de aspectos, están igual o mejor que nosotros.

AMY GOODMAN: Pregunté a Michael sobre el hecho de que EE.UU. esté al nivel treinta y siete del mundo por la calidad de su atención sanitaria.

MICHAEL MOORE: Sí. Estamos detrás de Costa Rica, pero mejor que Eslovenia. Y es según la Organización Mundial de la Salud. Es bastante patético que el país más rico del mundo esté en el lugar treinta y siete.

AMY GOODMAN: Michael Moore, analizas tres – en realidad cuatro – sitios: Francia, Gran Bretaña, Cuba, en los que has estado, y luego vas a visitar a tus parientes en Canadá.

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: Hable de esos sitios y lo que tiene cada cual. Uno habla con, por ejemplo, Tony Benn, el parlamentario, en Gran Bretaña. Hablé de lo que tienen y cómo se ha originado. Luego hablaremos de cómo obtuvimos lo que tenemos aquí.

MICHAEL MOORE: Bien. Bueno, los canadienses, tienen un excelente sistema que cubre a todos, y la gente allá está muy contenta con él. Básicamente, no pagas por nada. Escoges a tu propio doctor. Si tienes que ir al hospital, escoges tu propio hospital. Hay libertad de elección. Y, sabes, oyes a los críticos del sistema canadiense en este país que hablan de que: “¡Oh!, los canadienses, tienes que hacer cola, sabes, antes de que te cambien una rodilla, o tienes que esperar una cantidad x de semanas, sabes, cuando en EE.UU. no tienes que esperar.” Sabes, cuando oigo eso, pienso, bueno, es lo que haces cuando tienes que compartir el pastel. A veces tienes que esperar. Es como, supongo que no forma parte de nuestra mentalidad de estadounidenses: esperar. Sabes: ¡dámelo ahora mismo! Bueno, sabes, a veces, cuando tú – como dije, cuando estás compartiendo el pastel, obtienes la primera tajada, no tienes que esperar; a veces te toca la tercera tajada; a veces te toca la última. Pero lo importante que hay que recordar es que todos reciben una tajada. Las cosas no son así en este país.

Ahora, el sistema británico es realmente de propiedad del gobierno, en el sentido de que el gobierno es dueño y dirige los hospitales, el gobierno emplea a los doctores. Y así, trabajan para el gobierno, así que es un programa de propiedad, dirigido y controlado por el gobierno en Gran Bretaña. Y de nuevo, sabes, todo es gratis. Y ves los hospitales en la película. La gente está contenta con el sistema. Y, sabes, si conoces a alguien que alguna vez haya viajado a esos países, que han tenido la experiencia de tener que ir a un hospital canadiense o un hospital británico – quiero decir, como lo dice una mujer en la película: pensó que iba a ser algo deslucido, horrible – como salido de una novela de Dickens o de la antigua Unión Soviética o algo. Y fue, y resultó ser: “¡Guay! ¡Esto es increíble!”

Francia, sin embargo, es probablemente, si no lo mejor, cerca de lo mejor que vimos.

AMY GOODMAN: Siguiendo con Gran Bretaña, quisiera transmitir un clip.

MICHAEL MOORE: Este señor quebró su tobillo. ¿Cuánto le costaría? Le pasarán una tremenda factura cuando esté listo ¿verdad?

TRABAJADOR ADMINISTRATIVO DEL HOSPITAL DEL SERVICIO NACIONAL DE SALUD [NHS]: Aquí no. Todo es simplemente gratuito.

MICHAEL MOORE: Le estoy preguntando por los costos del hospital, y usted se ríe. Aunque tenga seguro, tiene que haber una factura en algún momento.

¿Cuánto le cobraron por ese bebé?

PADRE RECIENTE: No, no, no. Todo lo paga el NHS.

MADRE RECIENTE: Esto es el NHS.

PADRE RECIENTE: Esto no es EE.UU.

MICHAEL MOORE: Así que aquí viene la gente a pagar su factura cuando termina su estadía en el hospital.

CAJERO DEL NHS: No, esto es el hospital del NHS, así que no pagas una factura.

MICHAEL MOORE: ¿Por qué dice ‘cajero’ aquí si la gente no tiene que pagar una factura?

TRABAJADOR ADMINISTRATIVO DEL HOSPITAL DEL NHS: ... Sólo significa que aquí te devuelven tus gastos de transporte.

MICHAEL MOORE: Así que en los hospitales británicos, en lugar de que el dinero entre por la ventanilla del cajero, el dinero sale.

MICHAEL MOORE: Sí, me miran como si viniera de Marte cuando les pregunto a los británicos, cuánto pagaron por esto, aquello o cualquier cosa.

AMY GOODMAN: Estamos hablando con Michael Moore. Hablemos sobre cómo llegamos al sistema que tenemos en este país.

MICHAEL MOORE: Bueno, sabes, mi abuelo realmente fue un médico de campo. Venía de Canadá. Fue a la escuela de medicina a fines del Siglo XIX. En aquel entonces duraba un año. Ya sabes, en cierto modo es lo que sabían entonces. Podían enseñarlo en un año. Y así, la pequeña aldea en la que, sabes, crecí, porque mi mamá era de allí, también porque él estaba allí, sabes, le pagaban con huevos y leche y pollos, y cosas así. No lo hacía para ganar mucho dinero. No ganaban mucho dinero entonces. Vivían bien – era el doctor local – pero no eran los ricos de la comunidad.

Nos alejamos del concepto de tratar a la gente porque era lo que había que hacer. Las monjas dirigían el hospital en el que yo nací. Las monjas no lo hacían para hacer beneficios e invertir en Wall Street. Sabes, quiero decir, lo hacían porque pensaban que era su deber servir a Dios y servir a la humanidad abriendo hospitales y asistiendo en los partos. Ahora estamos muy lejos de eso. En algún momento dejamos que los beneficios y la codicia entraran en el juego.

Y en la película, fijo una cierta fecha en la que realmente comenzaron las HMO [prepagas privadas]. Y realmente tuve mucha suerte. Tenía a un investigador de veintitrés años en mi oficina, que trabajó en la película; que en realidad era alguien que creo que fue recomendado por Jeremy Scahill, de modo que hay una conexión con Democracy Now! con ese momento en la película. Pero él encontró esa cinta de Watergate – no tiene nada que ver con Watergate, es una de las cintas de Nixon – en los Archivos, los Archivos Nacionales, donde Nixon y Ehrlichman discuten si apoyar o no este concepto de las HMO, y Ehrlichman le dice a Nixon: “Vas a adorar esto, porque es empresa privada. No es como algo gratuito.” Nixon dice: “¡Oh!, me gusta eso. Cuéntame.” Y Ehrlichman agrega: “Bueno, esto va a funcionar como sigue, esas HMO. Van a ganar más dinero suministrando menos atención. Mientras menos atención les den, a los pacientes, más dinero gana la compañía.” Nixon dice: “¡Oh! ¡No está mal!” Y es todo lo que está en la cinta.

AMY GOODMAN: Y hablan de Kaiser Permanente

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: Y Nixon dice que vio a Kaiser.

MICHAEL MOORE: Sí, sí. Edgar Kaiser.

AMY GOODMAN: Lo hizo venir para que lo explicara.

MICHAEL MOORE: Sí, lo llevó para que explicara todo el asunto y todo – cómo funcionaría el plan. Y Ehrlichman y Nixon se frotan las manos, y dicen: “¡Oh! ¡Esto es tremendo! Y el día siguiente, Nixon anuncia su nuevo programa de atención sanitaria que, desde luego, va a incluir esas HMO que Kaiser Permanente quería que fueran incluidas. Y ahí empieza. Y todo está en la película. Y así, cuando él – cuando George me lo trajo por primera vez, pensé: “Muchacho ¿llevan todos los caminos a Nixon?” Quiero decir, le echamos la culpa a Nixon por muchas cosas ¿pero también por las HMO? Quiero decir ¿es el culpable en última instancia por nuestro lío actual de beneficios y codicia de nuestros días? Y la respuesta es positiva.

Y estas compañías de seguros de salud son – son apenas – son los Halliburtons de la industria sanitaria. Quiero decir, realmente – hacen lo que les da la gana. Cobran lo que quieren. No hay control gubernamental. Y francamente, no arreglaremos realmente nuestro sistema hasta que eliminemos a esas compañías privadas de seguro. Quiero decir literalmente que tienen que ser eliminadas. No se puede permitir que existan en este país.

AMY GOODMAN: Habla del estadounidense que ‘dio el dedo’ a su compañía de seguro de salud – Quiero decir, les dio su dedo.

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, literalmente el dedo.

MICHAEL MOORE: Este es Rick.

RICK: Estaba aserrando un trozo de madera, y lo sujeté precisamente aquí, y di en un nudo.

MICHAEL MOORE: Se cortó con el serrucho la parte de arriba de dos de sus dedos.

RICK: Y simplemente se cayó, y fue tan rápido.

MICHAEL MOORE: ¿Su primera idea?

RICK: No tengo seguro. ¿Cuánto me va a costar?

MICHAEL MOORE: El hospital le dio la alternativo: volver a colocar el dedo medio por 60.000 dólares o el dedo anular por 12.000. Como es un romántico incurable, Rick escogió el dedo anular por 12.000 dólares. La parte de arriba de su dedo medio goza ahora de un nuevo hogar en un vertedero de Oregón.

RICK: Puedo hacer esa cosa en la que, sabes, el viejo solía arrancarse el dedo.

MICHAEL MOORE: Lo que quiero decir es que si hubiera vivido a unas pocas horas al norte, en Canadá, nunca le hubieran preguntado eso. Nunca hubiera tenido que tomar esa decisión. Y, en realidad, más adelante en la película, mostramos a un canadiense al que le cortaron cinco dedos, y se los volvieron a colocar de inmediato, y no le cuesta un centavo. Pero es uno de los numerosos ejemplos de esta clase de situación irónica: que vivimos en el país más rico de la tierra, y que a pesar de ello la gente tiene que pasar por cosas semejantes.

AMY GOODMAN: ¿Por qué no comprende la gente en este país lo que ofrecen en otros sitios y que esta situación no es normal – ya sabes, no es la manera como deberían ser las cosas, que hay una manera de cambiar? ¿Qué tiene la forma como trabajan el gobierno y los medios y las compañías de seguros que logra mantener a la gente tan aislada de las alternativas?

MICHAEL MOORE: Es una ignorancia impuesta. Lo llaman mantener estúpido al pueblo de EE.UU. Sea nuestro sistema educacional o sean los medios dominantes, todo tiene que ver con asegurarse de que la gente no sepa lo que pasa en otros países. No sabemos nada del resto del mundo, quiero decir, hasta hace poco, cuando decían que si viajas a Canadá o México tenías que tener un pasaporte, hasta entonces más de un 80% ni siquiera tenía un pasaporte en este país. Así que la gente no viaja. No sabe gran cosa. Señalo en la película que nuestros graduados de secundaria, cuando les preguntan dónde está Gran Bretaña en el globo, un 65% no pueden ubicarla, un 11% no puede encontrar a EE.UU. en el globo – un 11% de los de dieciocho a veinticinco años, según National Geographic. Es como, bueno – sabes, tenemos un problema en este país. No queremos saber del resto del mundo. Y, quiero decir, pregúntale a la mayoría de los estadounidenses quién es el primer ministro de Canadá. Quiero decir, en serio. Y no quiero decir – y no lo estoy diciendo – sabes, que vayamos a preguntarle a un puñado de pajueranos sosos de por ahí, sabes, de cualquier lugar perdido. Lo que digo es que si yo simplemente mirara afuera de esta pieza y le preguntara a este equipo, que yo diría es un equipo informado de personas, que se informan y trabajan contigo. Pero: ¿hay alguien ahí que pueda decirme – quién es el primer ministro de Canadá?

JOHN HAMILTON: Harper.

MICHAEL MOORE: ¡Vaya! ¡Fantástico!

AMY GOODMAN: Y ni siquiera le preguntaste al canadiense.

MICHAEL MOORE: No. Yo estaba evitando los ojos del canadiense. A propósito, nunca mires directamente a los ojos de los canadienses. ¿Entendido? No, pero estoy seguro de que cualquiera que escuche esto ahora en la radio o lo mire en la televisión sentado por ahí probablemente... ¡Oh!, sabes, no saben realmente – la mayoría de los estadounidenses no saben quién es su vecino, y por lo tanto, si no saben cosas simples como esas, no saben de su sistema de salud. Y lo que sabemos al respecto son todas mentiras que nos han dicho sobre los canadienses y los británicos y los franceses.

AMY GOODMAN: Hablas de Hillary Clinton y de lo que trató de hacer bajo Bill Clinton como presidente. Explica lo que intentó.

MICHAEL MOORE: Bueno, pienso que intentó una cosa muy valerosa hace catorce años. Llegó y dijo que debería haber atención sanitaria para todos; que no debería haber condiciones preexistentes; todos están cubiertos, no importa lo que hagas, qué trabajo tengas, o lo que sea. Fue una iniciativa muy valerosa de su parte. Y fue destruida como resultado. Quiero decir que creo que juntaron bastante más de 100 millones de dólares para combatirla.

AMY GOODMAN: Y sin embargo, a las grandes compañías de seguros les gustó, porque ella quería preservar a las cinco grandes. Y otras dijeron que si ella se hubiera librado por completo de las compañías de seguros: habría un solo pagador, habría sido posible explicarlo mejor al pueblo estadounidense.

MICHAEL MOORE: Y ése fue su error, pero ella no llegó a las últimas consecuencias, todo el trecho que era necesario que se recorriera al respecto. Quiero decir, fue realmente el mismo problema – quiero decir, sólo para darte otro ejemplo, es donde los demócratas – sabes, es que a veces quieres entrar a veces con un taladro y agarrar su – porque parecería que su corazón está como en el buen camino. Es como que yo pienso que el corazón de Hillary está en el sitio correcto. Sabes, ella quiere que todos los estadounidenses estén asegurados, pero: ¡eh!, en realidad no podemos librarnos de las compañías de seguros, así que tratemos de desarrollar un pequeño trato, algo como lo que Edwards está proponiendo ahora. Es como Al Gore con la elección de 2000: sabes, en lugar de pedir que toda Florida fuera recontada, donde entonces habría ganado, sólo quisieron volver a contar los distritos demócratas, donde pensaron que obtendrían sus votos. Y fue como decir: ¡vamos! Sabes, porque sólo dan esos pasos a medias, y a todos nos va peor por ello.

Por lo tanto – para pasar rápido a Hillary: ella es ahora – o por lo menos lo fue el año pasado, en el congreso del año pasado – la segunda receptora por su cantidad, de dinero de la industria de la salud, después de Rick Santorum. Él desapareció ahora. Así que, que yo sepa, ella puede ser la número uno ahora. Es muy triste ver que ella esté muy – ellos están en su bolsillo y ella en el de ellos. Y no espero mucho de su parte.

AMY GOODMAN: ¿Hay candidatos presidenciales que piensas que presentan una alternativa?

MICHAEL MOORE: Bueno, sí. Quiero decir – bueno, ante todo, nadie se muestra muy específico, fuera de Edwards, en cuanto a un plan real, y el suyo no es un buen plan. Sabes, el plan de Obama no es igual de específico, y ciertamente está repleto de los mismos defectos que el de Edward y el antiguo plan de Hillary. Kucinich es el más próximo a la idea correcta y, por cierto, el dice todo el tiempo “sin fines de lucro,” o lo que sea. Pero en cierto modo ya no quiero utilizar esa palabra, y quisiera que Dennis no la usara, porque Kaiser Permanente es una aseguradora sin fines de lucro. Blue Cross es una aseguradora sin fines de lucro.

AMY GOODMAN: En realidad, el Sacramento Bee que te criticó dijo: “¿No comprende que Kaiser Permanente no tiene fines de lucro? De modo que ¿por qué dicen algo semejante de una empresa que sí los tiene?

MICHAEL MOORE: Bueno, no. Bueno, correcto, sí. No son sólo los fines de lucro. Es por eso que digo que esencialmente no quieres que ninguna compañía de seguros privada participe, sean privadas o sin fines de lucro, porque – cuando dicen “beneficios,” tienes todas esas inmensas empresas sin fines de lucro que se ocultan bajo la capa de no tener fines de lucro, pero todo lo que les interesa son los beneficios. Todo lo que les interesa es ganar dinero para sí mismas y para sus ejecutivos, y lo que hacen es obsceno. Y por lo tanto, estoy a favor de la eliminación de todas las compañías privadas de seguros. No sé si Kucinich va tan lejos, No sé realmente si parte de las leyes que he leído van tan lejos, porque todas tienen una componente por la que permitirán que las compañías privadas de seguros sigan participando.

AMY GOODMAN: Así que hablas de un solo pagador.

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Ves una distinción entre un solo pagador y la cobertura universal?

MICHAEL MOORE: Bueno, sí. Por cierto hay una distinción, porque ante todo, quisiera decirte, todos van a decir cobertura universal. Cuando llegue la elección – en las primarias, estoy seguro de que todos los demócratas usarán esa palabra: cobertura universal para todos, cobertura para todos. Escucha, muchos de sus planes, todo lo que van a hacer es que van a tomar tus dólares tributarios y colocarlos en los bolsillos de esas compañías de seguros.

Tenemos que eliminar al intermediario. El gobierno puede dirigir este programa. Lo hace bastante bien en esos otros países. Sabes, si tomas los principales veinticinco países, y si somos el único que no hace nada de los veinticinco, ¿estamos tratando de decir que los otros veinticuatro sólo están metiendo la pata y que somos los inteligentes? No lo creo.

Pienso que es – si tomas un país como Canadá. Sus gastos fijos, su costo administrativo de dirigir su programa nacional consume cerca de un 1,7% de todo el presupuesto. La compañía de seguros promedio en este país gastará entre un 15% y un 30% en gastos fijos, costos administrativos, papeleo, burocracia. Eso puede ser reducido considerablemente si el gobierno lo hace. Pero, desde luego, los republicanos e incluso algunos de los demócratas han hecho un buen trabajo convenciendo al pueblo estadounidense de que el gobierno es malo, el gobierno sólo va a hacer un lío. Y como Al Franken dijo hace unas pocas semanas – lo oí decir – se presentan con la plataforma de que el gobierno es malo, que arruinará las cosas, luego son elegidos y pasan los próximos cuatro años demostrando que tenían razón.

AMY GOODMAN: Al concluir nuestra entrevista con el cineasta ganador del premio Oscar, Michael Moore, en este segmento, transmitimos una secuencia de “SiCKO.” Michael visita a un doctor británico en su oficina en un hospital del NHS – es decir el Servicio Nacional de Salud, y en su casa.

MICHAEL MOORE: ¿Tiene un consultorio familiar?

DOCTOR DEL NHS: Sí, es un consultorio del NHS. Tenemos a nueve doctores en ese consultorio.

MICHAEL MOORE: ¿Les paga el gobierno?

NHS DOCTOR: Pagados por el gobierno, sí.

MICHAEL MOORE: Así que usted trabaja para el gobierno.

DOCTOR DEL NHS: ¡Oh!, sí, ´ ¡por supuesto!

MICHAEL MOORE: Usted es un doctor pagado por el gobierno. Así que al trabajar para el gobierno ¿usted probablemente utiliza el transporte público?

NHS DOCTOR: No, tengo un coche y, sabe, conduzco al trabajo.

MICHAEL MOORE: Un viejo cacharro. Usted vive en una especie parte difícil de la ciudad, ¿o?

DOCTOR DEL NHS: Quiero decir: vivo en una parte sensacional de la ciudad. Es llamada Greenwich. Es una casa adorable. Es una casa de tres pisos.

MICHAEL MOORE: ¿Cuánto pagó por ella?

NHS DOCTOR: 550.000, sí, así que –

MICHAEL MOORE: ¿Libras?

NHS DOCTOR: Sí.

MICHAEL MOORE: O sea un millón de dólares.

NHS DOCTOR: Sí, seguro.

MICHAEL MOORE: ¿Así que los doctores en EE.UU. no tienen que temer necesariamente que haya un sistema de salud universal?

DOCTOR DEL NHS: No. Pienso que alguien quiere tener casas de dos o tres millones de dólares y cuatro o cinco coches hermosos y seis o siete hermosos televisores, entonces, tal vez, sí, tendría que tener una consulta en la que pueda ganar eso.

MICHAEL MOORE: Bueno, la AMA, la AMA en este país, ha convencido a todos los doctores, de que si vamos hacia una medicina socializada se van a ir al hospicio. Y simplemente no es verdad. Los doctores que encontramos en Canadá, los doctores que encontramos en Gran Bretaña, en Francia, viven bastante bien. E incluso cuando voy a la casa de uno de ellos en Gran Bretaña, como usted mencionó. Vive en una casa de un millón de dólares. Conduce un Audi. Vive una vida de yuppy. Espero que los doctores que vayan a ver mi película salgan del cine diciendo: “¡Oh!, por lo menos nuestra buena vida puede ser protegida bajo la medicina socializada.” Nadie quiere quitarles sus grandes casas.

AMY GOODMAN: ¿“Barrio de mala vida,” Michael Moore?

MICHAEL MOORE: Sí, lo contrario de las grandes casas en las que viven los doctores. Bueno, como sabes – quiero decir, pienso que has cubierto el tema – pacientes en Los Ángeles que no pueden pagar su cuenta en el hospital, hospitales que han estado deshaciéndose de ellos en los barrios bajos desde hace cierto tiempo. Simplemente los sacan del hospital, a veces directamente en su bata de hospital, los ponen en un taxi y le dicen al taxista: “llévelos al barrio bajo y déjelos ahí. Y a veces los taxistas tienen que echarlos por la fuerza del auto. Y –

AMY GOODMAN: Tienes un vídeo.

MICHAEL MOORE: Sí. Tenemos una auténtica secuencia de la cámara de seguridad de una paciente de Kaiser que es descartada al borde de la acera por el taxi que Kaiser contrató para llevar a esa mujer y echarla sin zapatos en medio de la calle en su bata del hospital, muy triste. Y estás ahí sentado mirándolo, y no puedes creer que se trate de Estados Unidos de (US)América. Es lo que nosotros – es cómo tratamos a la gente. Quiero decir, yo sólo – yo pienso que cuando la gente ve esta película, va a decir, OK, esto ha ido demasiado lejos, y que hay que detener a esta gente.

AMY GOODMAN: Michael, en la película, hablas de la AMA, hablas de la industria farmacéutica, de la industria de los seguros. En tu sitio en la red, presentas los preparativos para la salida de esta cinta. ¿Cómo reaccionan ante SiCKO?

MICHAEL MOORE: Bueno, primero – quiero decir, han estado – Iré – Voy a volver a justo antes de que comenzáramos a hacer la película, cuando ninguna compañía de seguros estaba dispuesta a asegurarme a mí o a la película, porque sabían que iba a tratar de seguros. Así que incluso fue difícil, sabes, conseguir seguro para este asunto. Luego iniciaron una serie de cosas internamente para advertir a sus empleados: no habléis con Michael Moore; si habláis con Michael Moore, vais a tener serios problemas. Y, en los hechos, realizaron sesiones de entrenamiento sobre cómo reaccionar ante mi persona, en caso que me presentara en su compañía. Tenían – Pfizer tenía un teléfono rojo Michael Moore. Llama este número si lo ves. Quiero decir, es toda esta locura –

AMY GOODMAN: ¿Has llamado a ese número?

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, claro. En realidad, el año pasado lo puse – hace un par de años lo puse en Internet, así no más – Le dije a la gente, simplemente llamen ese número, es el teléfono rojo Michael Moore en Pfizer. Simplemente llámenlos y digan: “Está en el edificio. ¡Está en el edificio!”, sabes, sólo para que – al final tuvieron que cerrar esa línea, porque tanta gente estaba haciendo travesuras, pero...

AMY GOODMAN: Así que, ¿qué dicen? ¿Cómo les dicen que hay que portarse contigo en esos memorandos?

MICHAEL MOORE: No corras, no huyas, no tapes la cámara con la mano. Contrataron a un especialista psicólogo en una de las compañías para que le dijera al gerente general cómo funciona mi mente – para que, en otras palabras, supieran cómo distraerme del tema. De modo que si llego a aparecer con un micrófono, el psicólogo dijo: hemos determinado que si puedes llevarlo a hablar de los equipos deportivos de Detroit, dejará de hablarte de las HMO. Y lo leí, y pensé, es bueno. Es bastante bueno.

Así que, en todo caso – pero, ves, no entendieron de qué se trataba, porque esta película nunca iba a ser sobre mi persona persiguiendo a una General Motors o una Pfizer, lo que quería hacer en este caso era algo mucho más amplio y no sólo – no sólo dar caza a una compañía como si, ¡Oh!, ¡caramba!, si sólo nos concentráramos en una compañía, todo estaría bien. Hay algo mucho más importante que tenemos que arreglar en este país. Y, en realidad, es más grande que la situación de la atención sanitaria. Tiene que ver con cómo nos estructuramos como sociedad, cómo nos tratamos los unos a los otros, y esta mentalidad estadounidense de cada cual por su cuenta, cómo hay que detener eso – ese tipo de sociedad “yo” en la que vivimos tiene que pasar a ser el “nosotros” en el que vive el resto del mundo.

AMY GOODMAN: En la película muestras a un hombre que es contratado por la industria de la salud para cuestionar a gente que presenta reclamos. Explica exactamente lo que hace, cómo investiga a la gente.

MICHAEL MOORE: A la industria de los seguros de la salud no le gusta pagar reclamos, porque no ganan dinero. La única manera de obtener un beneficio es si no pagan por tu operación. Si pagan por tu operación y la consulta con tu doctor, y tus medicinas, no ganan ningún dinero. Así que su objetivo es tratar de pagar lo menos posible, lo que te dice directamente que no puede haber ningún margen de maniobra en este asunto del cuidado médico para las compañías de seguro, porque todo – la atención a la salud debiera tener que ver con ayudar a la gente. Y la decisión nunca debiera basarse en si o no, o ¿cómo podemos ahorrar nuestro dinero aquí, o cómo podemos rechazar esa operación?

Así que contratan a esos matones, lo que llamamos matones de las compañías de seguro, quienes, después, digamos – supongamos que tengas que ir, sabes, por un tobillo roto o cualquier cosa, y reciben la factura y dicen: “Vaya, son como 5.000 dólares por un tobillo quebrado. Y no debería costar más de 1.000. No queremos pagar todo eso.” Así que contratan – tienen a esos investigadores, tienen unidades investigativas en las compañías de seguro, y dicen: “¿Sabes qué? Anda e investiga el pasado de Amy Goodman. Anda a investigar si tal vez en su solicitud de seguro de salud no nos dijo algo que ella haya tenido tal vez hace diez años.” Y literalmente van y obtienen esos antecedentes, y harán esa increíble investigación sobre la historia de tu salud para que puedan ir y decir: “¿Sabes qué? No nos dijiste la verdad en ese caso. Tuviste una condición previa. Sabes, esto no lo sabíamos. No nos dijiste. Y por lo tanto, queremos que nos devuelvas el dinero de esa operación, o no vamos a pagar por ella.”

AMY GOODMAN: Una de las partes más fuertes de esta película son la gente que se presenta, como el tipo que dice que no pudo seguir haciéndolo, y que no ha estado investigando a gente durante mucho tiempo. Y después tienes a Linda Penno.

MICHAEL MOORE: Correcto, los denunciantes en la película, especialmente Linda Penno. Es una doctora de Kentucky. Trabajó para Humana. Era recensora médica. Y su trabajo como doctora era revisar reclamos y aprobar o negarlas. Y cuenta en la película y en su testimonio ante el Congreso cómo se esperaba que rechazara un cierto porcentaje de reclamos que provinieran de pacientes, incluso sin considerar si eran genuinos o no. Esperaban, digamos, una tasa de rechazos de un 10%. El doctor en la compañía de seguros, el doctor, el recensor médico, que rechazaba más recibía una contundente bonificación de Navidad. Quiero decir, es rematadamente demencial, de nuevo, que –

AMY GOODMAN: Su salario aumentó de un par de cientos de dólares por semana a millones.

MICHAEL MOORE: A millones, porque rechazaba continuamente. Ya no pudo aguantarlo. Su conciencia se impuso, y renunció, y luego fue y lo denunció al Congreso, y ese testimonio está en la película. Es muy fuerte, y ella es una persona muy valiente por haberlo hecho.

AMY GOODMAN: ¿Cuánta gente reaccionó de esa manera? Dijiste que 25.000 respondieron sobre todos los terribles problemas que han tenido con los seguros de salud, y luego está esa gente...

MICHAEL MOORE: Correcto. Diría que tuvimos unas doscientas personas dentro de la industria – industria farmacéutica, corporaciones hospitalarias, industria de los seguros de salud – que nos escribieron, por el deseo de compartir con nosotros diferentes cosas. Algunos querían ser filmados, otros no. Algunos nos enviaron archivos, algunos – quiero decir, fue realmente sorprendente cuántas personas hubo – cuyas conciencias las fastidiaba, esencialmente. Simplemente no pudieron seguir así.

AMY GOODMAN: ¿Cómo se relaciona esto con “Fahrenheit 11-S”? ¿Qué vincula SiCKO con tus previas películas y “Bowling for Columbine”?

MICHAEL MOORE: Bueno, es una buena pregunta. Hay, realmente, un lazo que va desde “Bowling for Columbine” pasando por “Fahrenheit” a esta cinta. Una parte es el uso del miedo. El motivo por el que no tenemos un mejor sistema es porque nos han hecho temer la medicina socializada, el sistema canadiense, lo que sea, y tratan de atemorizar al pueblo estadounidense, utilizando la ignorancia como un camino para aumentar el nivel del temor en este país. Son estas películas – y en realidad lo he estado haciendo desde “Roger & Me” – son películas sobre – en última instancia sobre nuestro sistema económico. Tenemos un sistema económico, como he dicho antes, que es injusto, no es equitativo, no es democrático. Y hasta que, en última instancia, eso cambie, hasta que construyamos una forma diferente de economía en la manera como nos relacionamos con el capital, no creo que continuaremos teniendo estos problemas, en los que no tienen sufren y los que tienen roban como bandidos.

AMY GOODMAN: ¿Así que cómo lo estás organizando? Mientras estrenas esta película en miles de cines en todo el país en las próximas semanas, también trabajas con sindicatos, trabajas con YouTube, con Oprah, testificas ante el Congreso. Cuéntanos.

MICHAEL MOORE: Sí. Es una especie de extraña convergencia. Pero ¿sabes qué? Es porque este problema afecta a todos los estadounidenses. Y todo tipo de gente y grupos se están poniendo en contacto conmigo y quieren involucrarse en esto. Y así, vamos a tener un esfuerzo organizador muy fuerte a través de la Asociación de Enfermeras de California, a través de Médicos por un Plan Nacional de Salud. MoveOn va a mostrarse muy activo e involucrado en el asunto. De esta manera, muchos de los grupos y uniones que están a la izquierda se están organizando alrededor del tema. Pero también hay, sabes, cosas, como dijiste, como YouTube, gente como Oprah, que ha decidido convertir esto en un tema muy importante, porque es algo que a ella la preocupa mucho. Estuve en su show hace un par de semanas, y ella pidió a sus admiradores que envíen sus historias de horror de la salud a su sitio en la Red cuando se estrene la película. Ella hará un acto público sobre este tema en otoño. Así que yo –

AMY GOODMAN: ¿YouTube?

MICHAEL MOORE: YouTube, de nuevo, está pidiendo que la gente grabe sus historias en vídeo y las coloque en YouTube, y va a haber toda una sección en YouTube de gente que informa sobre lo que la compañía de seguro les hizo a ellos o a un miembro de su familia o a un amigo, o el hospital o la compañía farmacéutica, donde tienen que pagar por medicinas, o sobre medicamentos que no pueden obtener.

Así que pienso que tendremos lo que llaman un efecto viral, en el sentido – y espero que así sea – de que la gente, que esa gente, pueda expresarse. Y de otra manera la gente está sentada en su casa en todo el país, sufriendo y sin preguntarse cómo alguna vez puede ser escuchada. Y espero que a través de mi sitio en la Red, a través de la Asociación de Enfermeras de California, a través de YouTube, a través del sitio de Oprah, a través de otros que vayan a participar, y creo que vamos a conocer lo que realmente están sufriendo los estadounidenses. Y tengo que creer que algo bueno va a salir de esto. Y vamos a presionar duro a los candidatos al respecto, especialmente a los demócratas.

AMY GOODMAN: ¿Vas a hacer una segunda película, acosándolos? ¿Vas a tener a un hombre vestido de pollo siguiéndolos?

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, te refieres a nuestro pollo combatiente contra el crimen corporativo en nuestro antiguo show en la televisión. Gracias por recordarte de ese pollo. No, en realidad vamos a ir a Nuevo Hampshire a fines de esta semana. Y vamos a publicar información para el público sobre quién compró y pagó por los candidatos que se presentan para presidentes y para puestos públicos.

AMY GOODMAN: ¿Hasta qué punto son comprados y pagados?

MICHAEL MOORE: Bueno, tendrás que esperar hasta el fin de semana para oír la respuesta. Pero déjame decir sólo que no será bonito. Odio decirlo ¿pero sabes qué? Y de nuevo, quiero decir, me gusta una buena parte de los candidatos que se están presentando, por una serie de razones. Pero, sabes, si todos nos lanzamos a apoyarlos demasiado rápido, sin obligarlos a adoptar buenas posiciones sobre estos temas, no creo que vayamos a llegar a ninguna parte. Los demócratas ya han demostrado que desde la elección de noviembre, que irán lento si les es posible. Y así – ya hemos visto cuál es la posición de Hillary sobre esto, y, por cierto, con su posición sobre la guerra, hace que a gente que de otra manera le gustaría votar por ella, que quisiera ver a nuestra primera mujer presidenta, le sea muy difícil votar por ella, porque simplemente no puede apoyar a alguien que apoyó durante tanto tiempo la guerra y que recibe contribuciones tan grandes de la industria de la salud.

AMY GOODMAN: Michael Moore, ¿le sorprendió algo que descubrió al hacer esta película?

MICHAEL MOORE: Sí, constantemente – hay que una cosa que realmente me impresionó. Cuando estaba entrevistando al doctor británico, y le preguntaba cuánto estaba ganando – sabes, gana algo como un poco menos de 200.000 dólares al año – y me dijo: “Pero mi sueldo se basa en la calidad del trabajo que hago. Si logro que una mayor cantidad de mis pacientes deje de fumar este año o si reduzco su colesterol o su presión sanguínea o su azúcar, gano más. Así que esto se basa realmente en cuán saludables son mis pacientes. Así que tengo un incentivo para hacer realmente un buen trabajo para ganar dinero.”

Y pensé, ¡caramba!, aquí es todo lo contrario. Aquí mientras más gente fume o no coma bien, o lo que sea, que termine con enfermedades o afecciones, eso significa más dinero para las compañías farmacéuticas, más dinero para los doctores, más dinero para los hospitales. Todos ganan cuando te enfermas.

Y me llevó a pensar mucho sobre mi propia persona, porque cuando yo estuve allí y me dije: tal vez una forma de hablar a la gente, una forma de derrotar al sistema, por lo menos a este sistema, es que todos debiéramos tratar de cuidarnos un poco mejor, y comenzar por el número uno, yo mismo. Y así, comencé a comer frutas y vegetales. No sé si has oído hablar de esas cosas, pero son de diferentes colores y son crujientes, y, sabes, son muy buenas para ti, si no las has probado. Sabes, tu madre está sentada allá. No sabes si yo debiera subrayar esto, pero tu mamá está sentada allá, y se ve como si hubiera hecho un buen trabajo enseñándote la importancia de frutas y vegetales.

AMY GOODMAN: Hizo un buen trabajo.

MICHAEL MOORE: Sí. Y dijo que tú fuiste una niña excelente, a propósito. Nos perdimos eso sin filmarlo, pero quiero que nuestros espectadores y radioescuchas sepan que tu mamá aprueba en mucho que seas como eres.

El otro aspecto, es que comencé a ir a dar un paseo cada día. Así que salgo de paseo durante algo como media hora por día, y simplemente – me siento 100% mejor. He perdido 14 kilos. No te preocupes. No voy a – no me vas a ver en un vídeo de gimnasia como el de Jane Fonda, ni nada. Sólo digo, sin embargo, que si sólo – cada uno de nosotros – si todos simplemente hiciéramos un par de cosas para cuidarnos mejor, podemos evitar este demencial sistema de salud. ¿Y sabes qué? Pienso que también es mejor para el planeta. De nuevo, consumimos tantas cosas en demasía como estadounidenses, y todo lo que necesitamos es pensar un poco en la forma cómo nos comportamos. Así que – y lo digo por mi propia persona, comienza conmigo.



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domingo, junio 03, 2007

Un estudio indica que los estudios indican boludeces

Este es un artículo muy bueno publicado en un blog que acabo de conocer



Lunes 06 de Junio, 2005
Un estudio indica que los estudios indican boludeces

Ahora que los universitarios y los expertos dicen cosas que sabe todo el mundo, pero con aire académico, me atrevo a presentar mi reciente estudio. Además, como los diarios compran estas idioteces (porque son baratísimas) y nos bombardean con titulares que empiezan diciendo “un reciente estudio revela que”, capaz que hasta compran el mío y la gente empieza a considerarme un experto en algo.

Yo venía soportando esta moda de “los estudios” sin calentarme mucho, pero el otro día apareció uno que me sacó de las casillas. “Según un estudio del Conicet”, leí en Clarín, “la costa argentina mide 2.000 kilómetros más de lo que indicaba el estudio del año pasado”.

Este dato, que algunos exitistas salieron a festejar al Obelisco, no habla bien de la costa argentina. Yo creo que habla mal de los estudios y de los expertos. ¡Dos mil kilómetros de costa no es un error menor! Es un error del diámetro de Japón. Lo que indica que si los universitarios y expertos del Conicet hubiera hecho el estudio en Japón, no habrían visto nada. Y lo que es peor, Clarín nos lo habría informado.

Es verdad que la gente se equivoca tanto como los estudiosos, e incluso hasta el refranero popular tiene sus contradicciones, pero convivimos con ello y la prensa no se dedica a controlar los errores humanos (sería estúpido). Pero el tema no acaba aquí. Los estudios que más me enervan son los que afirman cosas que ya estaban en los tangos desde que el mundo es mundo. Pongamos ejemplos.

Alfredo Lepera escribió Soledad en 1934; en la primera estrofa pone:

“Pero no hay nadie y ella no viene,
es un fantasma que crea mi ilusión.
Y que al desvanecerse va dejando su visión,
cenizas en mi corazón.”

¿Era necesario, entonces, que en una universidad de Washington hayan llegado, en 2005, a la conclusión de que "la soledad causa problemas al corazón"? ¿No escuchan tangos en las universidades? ¿Qué hacen en las Universidades además de afirmar, señalar e indicar boludeces? ¿Cuánto falta para que arriben a otras verdades similares?

Como si esto fuera poco, un grupo de expertos de una universidad de Chicago descubrieron otra idiotez increíble: “Un estudio afirma que a los mentirosos les crece la nariz”. Si seguimos en el camino de racionalizarlo todo, no faltará mucho para que veamos titulares que reafirmen todo tipo de leyenda popular.

La pregunta que deberíamos estar haciéndonos es: ¿cómo llegan estas estupideces a los diarios? Yo tengo dos teorías. En la primera son los propios estudiosos los que facilitan la información. Por ejemplo, suena el teléfono en la redacción de Clarín:

—Clarín, digamé.

—Hola, mire. Estoy en segundo año de sociología, en la universidad de Yale, en Estados Unidos, y acabo de escribir un "expertos dicen" muy bonito. ¿Lo podrían publicar?

—¿De qué es?

—Es sobre los feos.

—¿A favor o en contra?

—A favor. Dice que los feos tienen menos posibilidad de conseguir cargos directivos. Y que cuando consiguen, cobran menos que los putos, pero un poco más que los rengos.

—Bueno, mandálo. Pero no te prometo nada porque hoy hubo un terremoto en Indonesia y estamos enloquecidos de laburo.

—Si quiere le preparo un "estudio revela" sobre lo que les pasa a los feos en los terremotos.

—Eso me interesa más, ¿a qué hora lo podrías tener?

—No sé, tendría que hacer un par de llamadas y cambiar algunos datos... ¿En una hora le parece?

—Listo, quedamos así. Y ponéle porcentajes, que el lector siempre lo agradece.

Hace tres o cuatro años, con el auge de los móviles, un estudio nos alertaba que los telefonitos irradiaban algo que provocaba el cáncer. Así que tuvo que salir otro estudio a afirmar lo contrario. ¿Dónde ocurrió este segundo estudio? En una Universidad de Finlandia, la cuna de los móviles. No va a faltar mucho para que la Universidad de Bogotá afirme también, según sus propios intereses, que los productos colombianos son buenísimos.

Esta forma de intermediación me cierra bastante, aunque tampoco descarto que sea la propia prensa la que, escasa de información real que brindar a sus lectores, hostigue a las universidades para que genere estudios, como vemos en esta segunda dramatización. Suena el teléfono en la Universidad de Princetown:

—Princetown digamé.

—Hola, mire. Estoy cerrando la portada del diario El País, y me queda un hueco de dos por cuatro. ¿Ustedes no tendrían a mano algún "expertos dicen", o un "estudio revela" no muy largo?

—Haber llamado más temprano... A esta hora ya no nos queda nada.

—Ya lo sé, pero es una urgencia.

—Lo que pasa es que al mediodía vienen los del portal de Terra y se nos llevan todo.

—¿Y usted no me podría preparar uno ahora, así a mano alzada?

—¿Sabe qué pasa? Tenemos a dos alumnos con pulmonía, y otro engripado. De los nueve becarios que inventan los estudios, tres nos dejan colgados siempre por enfermedad. Y yo no doy a basto.

—Haga un esfuerzo, hombre, que necesito algo urgente.

—A ver... Déjeme pensar. (pausa) Mire, ¿qué le parece este? "Un estudio revela que los universitarios sufren un 35% más enfermedades que los albañiles".

—¡Me encanta! ¿En cuánto tiempo lo puede tener listo?

—Déjeme que lo contraste con mi cuñado, que es constructor, y se lo mando por mail.

—¡Gracias! Lo espero.

Por lo tanto, tampoco debería sorprendernos que, con el correr del tiempo, la gente actúe según digan los estudios, y éstos se conviertan en realidad, cosa que actualmente sólo pasa con las encuestas presidenciales. Pero el día que los expertos utilicen este sistema para sus intereses personales, pueden pasar cosas horrendas.

En mi época, la gente iba a la universidad a estudiar o a tirar piedras. Y los expertos eran gente vieja que inventaba la penicilina o descubría la soriasis. ¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué hemos llegado a este punto de mediocridad en donde todos, incluso yo en este momento, nos sentimos capacitados para generar un estudio?

Fin de mi estudio.



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